Cristina Fernández de Kirchner, senadora por Unidad Ciudadana, fue una de las últimas disertantes en el Senado en la sesión para tratar la legalización del aborto que terminó desaprobando la iniciativa y dejando que los abortos sigan siendo clandestino.
Pasada la una de la madrugada la ex-presidente realizó su intervención, donde expresó, «Esta ley no va a salir esta noche, no será este año, será el que viene o el otro, pero quiero decirle a todas las mujeres que salieron a la calle que no se enojen con las religiones ni con los sacerdotes, sigan construyendo esa fuerza que yo pude percibir el 8 de marzo del 2015″.
Además denunció, «Quiero decirles que no es fácil abordar un tema de esta naturaleza, pero sí es obligación de hacerlo a partir de la comprensión de que más allá de nuestras creencias y convicciones, todas respetables, más allá de estas cuestiones, hoy cuando se rechace, porque esto es lo más grave de esta noche, se puede estar de acuerdo o no, se puede proponer una modificación, pero estamos rechazando un proyecto sin proponer nada alternativo y la situación va a seguir siendo la misma».
Cristina negó que quien la ayudó a modificar su postura en esta cuestión fuese su hija, «Algunos dicen que fue mi hija, una militante feminista, la que me hizo cambiar de opinión. Y no, no fue mi hija». Y aclaró, «Si quieren saber quiénes me hicieron cambiar de opinión fueron las miles y miles de chicas que se volcaron a la calle. Verlas abordar la cuestión feminista, verlas criticar, pero también describir la realidad de una sociedad patriarcal nos debe colocar a todos en un lugar distinto»
«El problema del aborto existe, sucede, estemos o no estemos de acuerdo, no les gusta esta respuesta, discutamos otra, pero hoy estamos cerrando la cortina, rechazando y nunca hay que rechazar, debemos proponer una alternativa», consigno la ex-mandataria nacional.