Ayer se concretó en Avellaneda un acto bendecido por la presencia de Cristina Kirchner, un día después de su vuelta activa al Senado.

“Estar acá es una caricia para el alma”, afirmó la ex presidenta, luego de que el intendente cristinista Jorge Ferraresi, anunciara la incorporación a planta permanente de 800 municipales, la intención de tomar otros 100 empleados públicos en 2018 y 100 más en 2019, además de anticipar un aumento salarial de 30% contra «la pauta del 12%» que baja de la Gobernación.

Antes que hablara Cristina, Ferraresi ratificó su rechazo al pacto fiscal con la Provincia que gobierna María Eugenia Vidal. “No vamos a pedir nada del fondo del conurbano que van a pedir los alcahuetes”, sostuvo desde esa “otra Argentina, nuestra Avellaneda”, consigna de la convocatoria.

Luego, se dirigió a los presentes Cristina Kirchner, que hizo una alusión a la próxima presidencial: “Que en 2019 no importa quién, que otro argentino esté en la Casa Rosada para conducir los destinos del pueblo”, abogó.

También cuestionó a «los poderosos de este país», que según afirmó, «manejan el Poder Judicial para acusarme de traición a la patria». «La verdad, hay algunas cosas que llevo como una cocarda a Perón y a mí traidores a la patria solamente», afirmó.