En el día de ayer se conoció que un grupo de cuadernos que se dieron en llamar «cuadernos de la corrupción» demostraban el desvío de fondos y un armado fraudulento durante la adminsitración del ex-presidente Néstor Kirchner.

La investigación fue conducida por un periodista del diario La Nación quien afirmó que «se los entregaron» en una caja, reservándose el derecho de revelar la fuente como lo prevé la legislación vigente. Aunque se sospecha que quien delató a los implicados en el caso, fue la ex-mujer de Oscar Centeno.

Centeno era el chofer de Roberto Baratta, el número dos del Ministerio de Planificación, solo debajo de Julio De Vido en el gobierno de los Kirchner. El chofer, que fue arrestado el martes, registró en ocho cuadernos los días, horarios, nombres, direcciones y cantidades de dinero que trasladó en su vehículo.

Los cuadernos relatan operaciones desde marzo de 2005 hasta noviembre de 2015, días antes de que Fernández de Kirchner dejara la presidencia, con algunas interrupciones. Según cálculos de la Fiscalía, por el auto que condujo el chofer detenido pasaron U$S160 millones.

La causa, que la tomó el cuestionado juez Bonadío, ya tiene empresarios y políticos detenidos, sin embargo también se ha puesto en duda la veracidad de la información.

Quienes sostienen que se trata de una falacia, entre ellos el diputado Rodolfo Tahilade, señalaron que se trata de un armado frente al crecimiento de Cristina en las encuestas y el reciente escándalo por los aportantes truchos en la campaña 2015 y 2017 de Cambiemos.

Entre otras sospechas que existen sobre su veracidad, explicaron que no se determinó aún quién los entregó al periodista y que igualmente debe dudarse de la veracidad de los documentos, ya que no hay pruebas materiales de lo que el chofer de Baratta narra en los cuadernos.

De acuerdo con la investigación que publicó hoy La Nación, el dinero recaudado terminaba en el domicilio particular del matrimonio Kirchner en la ciudad de Buenos Aires, en la residencia presidencial oficial en la localidad de Olivos, en las afueras de la capital, o en las oficinas de la Jefatura de Gabinete.

Asimismo sostuvieron la rareza que se consigne con tal nivel de detalle una operatoria fraudulenta, algo muy extraño en los casos de corrupción política.

No obstante, los cuadernos parecerían guardar coherencia entre ellos, por lo que si hubieran sido falsificados se habría necesitado un trabajo minucioso y de gran conocimiento sobre falsificación de documentos.

Ahora la investigación sigue con el llamado a indagatoria de Cristina Kirchner el 13 de agosto. También fueron citados De Vido, el exsecretario General de la Presidencia y exdirector de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Oscar Parrilli, el exjefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina y José María Olazagasti, exsecretario privado de De Vido.