Este sábado 25 de mayo se realizará a nivel mundial la celebración  por el Día del Evangelismo Global, en cuyo marco se llevará adelante en 193 países una jornada de evangelismo con el fin de acercar el mensaje de Jesús a la comunidad.

En Chacabuco será el Centro Cristiano Familiar, que conduce el pastor Mariano Rosato, quien estará al frente de las actividades. La Posta lo entrevistó para conocer mayores detalles de lo que será la jornada.

Este el es cuarto año que participa el Centro Cristiano Familiar. La fecha se establece en el último sábado de cada mes de mayo, y en Argentina coincidirá con la fecha patria que conmemora el aniversario de la Revolución de Mayo.

Desde las 15.30 horas en el Centro Cristiano Familiar se convocarán con el equipo de gente que viene trabajando todos los años para llevar el mensaje de Jesús «de una manera más original», explicó Rosato.

«Creo que lo más importante de todo es difundir el mensaje que tenemos y saber que está sucediendo esto al mismo tiempo en 193 naciones, por eso nos estamos preparando para compartir nuestro testimonio, lo que Jesús hizo en nuestras vidas y el mensaje que queremos compartir con la sociedad», puntualizó.

-¿Es una actividad que realiza sólo el Centro Familiar o participan otras Iglesias?

-Cada Iglesia tiene sus fechas y su particularidades. En este caso la Jornada de Evangelismo Global la está haciendo el Centro Cristiano Familiar, pero una iglesia es evangélica desde el momento que evangeliza. Hay iglesias que se encierran puertas para adentro, nosotros no somos así, tratamos de que la iglesia sea de puertas abiertas para todo tipo de actividades además de las que encasillamos como religiosas y también salimos constantemente, aprovechamos las ferias barriales, las plazas, todos los días va gente al Hospital y de esa manera compartimos el mensaje de Jesús.

-¿Cómo se va a realizar en Chacabuco? ¿Cómo lo han hecho otros años?

-Tenemos unos muñecos que usamos en lo que llamamos el «Festival por la Sonrisa de un Niño», con estos atraemos mucho al público infantil que quiere hacer selfies y demás. Ahí se les comparte un volante o material a los padres, sacamos fotos con los niños, generalmente vamos con un cartel, utilizamos los semáforos. A la gente que está en las plazas, a veces se va a compartir un mate o un chocolate y puntualmente va un equipo al Hospital todos los años pidiendo por los enfermos habitación por habitación. Este año también tenemos planificado llegar a la Plaza San Martín que va a estar la gente concentrada por el 25 de Mayo, cuando se desconcentre, sin interrumpir el desfile ni el paseo cívico, queremos aprovechar a compartir ese momento.

-¿Quiénes participan? ¿Puede sumarse la gente?

-Generalmente vienen en equipos de entre cincuenta y cien personas, es abierto para todos, yo entiendo al cristianismo no como una religión si no como una forma de vida. Personalmente conocí a Jesús en el año 1982, precisamente en el 83. El año anterior fue un año que me marcó la vida: en mi casa eramos seis y de golpe quedamos tres. Mi mamá con 36 años falleció de cáncer y mis dos abuelos. Cuando retornó la democracia en el 83 a la Argentina, comencé a drogarme de muy pibe, toqué fondo de tal manera que tuve tres veces en las que no quise vivir más y por eso tengo una gran empatía por la gente que no tiene un motivo por el cual despertarse, por el cual levantarse al otro día.

A los casi 17 años conocí a Jesús, conocí el mensaje, llevaba casi tres días sin dormir, estaba en una pensión con una de las chicas que era mi pareja en ese momento y habían pasado un volante de estos que vamos a repartir ahora, invitando a lo que era el Teatro Italiano en ese momento que era el teatro COPAC, esa noche fui, recibí a Jesús en mi corazón y algo cambió en mi vida y desde ahí supe lo que quería ser, seguí trabajando y estudiando, me fui al Seminario y me recibí un par de años después. Cuando volví a Chacabuco me casé con Claudia, formamos una familia y tuvimos tres hijos. Después salió la posibilidad de hacer la carrera de Periodismo a ciclo cerrado que se hizo a través de la UTN, me recibí también y al mismo tiempo siempre seguí trabajando con mi viejo como hasta hoy, más de treinta años, en la carpintería de aluminio. Pero lo que tengo en mi corazón es que lo que me pasó a mí, necesito poder compartirlo con otros nenes, con otros adolescentes, con otros jóvenes y con toda la gente.

Jesús no es una religión si no una forma de vida, es pensar en alguien que fue a la cruz a morir por uno y que cualquier persona lo puede experimentar. Como pastor y cabeza de esta organización, me siento uno más, no interpreto a la Iglesia como una religión si no como una forma de vida. Jesús dijo que el que tenga sed venga a él y beba y bueno yo busqué en las drogas, en el sexo, en un montón de cosas y siempre seguía vacío hasta que conocí a Jesús y mi vida cambió para siempre. Hasta el día de hoy lo sigo amando y sigo viviendo de la misma manera y cuando salimos a la calle es el mensaje que tenemos para dar: que Jesús puede llenar ese vacío que mucha gente tiene, puede llevarse esa angustia, esa depresión, interpreto a la depresión como la falta de presión, de tener sueños, de decir tengo un por qué levantarme mañana y creo que Jesús trae eso a cada vida, nos da la posibilidad de volver a soñar y de tener un por qué levantarnos mañana.

-¿Participan jóvenes en el Centro Cristiano?

-Es difícil establecer una estadística, te puedo decir que en 33 años pasaron por las tarjetas de decisión más de nueve mil personas. Actualmente hay entre doscientas y trescientas personas, tenemos también templo en O´Higgins, los chicos van y vienen pero son muchísimos que han pasado. Hay un grupo de jóvenes, adolescentes, hay niños en un programa que llamamos «Hora Feliz», en su momento tuvimos un comedor que tuvo hasta doscientos chicos.

Creo que el mensaje para un pibe es el mismo para un niño y para un adulto: todos necesitamos a Jesús, tener ese encuentro y realmente los chicos que experimentan eso saben que es mucho más que una religión, que Jesús es una forma de vida y lo más lindo es ser coherente con el mensaje: que tu vida exprese lo que estás predicando, porque siempre digo que no somos lo que decimos, si no que somos lo que hacemos.

El poder tener una familia, un matrimonio y educar a nuestros chicos como Dios quiere, nos da esa autoridad que necesitamos para decir: «Respaldo mi mensaje con mi forma de vida» y solamente es posible a través de Jesús.