Un joven de 29 años encontró su auto destruido cuando volvía de festejar el cumpleaños de un amigo. Pero cuando llegó donde su auto estaba la escena que encontró rápidamente lo hizo darse cuenta que no se trató de un robo. En las cuatro horas que estuvo estacionado en el barrio de Palermo la alarma del vehículo no había parado de sonar y un vecino enfurecido la detuvo a los golpes.

El hecho ocurrió el jueves pasado alrededor de las 20 horas, cuando Walter Cuccaro estacionó su Ford Focus 2006 en la calle Godoy Cruz al 2043, entre Costa Rica y Nicaragua, para ir a un boliche de la zona. Según se pudo saber, los vecinos denunciaron que a partir de ese momento comenzó a escucharse una alarma que duró hasta la 1 de la mañana.

Tras la queja de varias personas, una patrulla llegó al lugar para ver qué era lo que sucedía. Los efectivos se encontraron con el auto bien estacionado sin problemas y no figuraba como robado, por lo que no podían hacer nada a pesar de que sonaba la alarma.

Luego de varias horas, la alarma se silenció. A los pocos minutos, un vecino se comunicó nuevamente con la policía, con el motivo de informar que el vehículo de Cuccaro tenía la ventanilla rota.

El joven señaló, «Eso no es todo. Me rompieron la fusilera del auto, sacaron todos los fusibles y los tiraron a la calle. Además, al no poder abrir el capot desde adentro del auto me destruyeron la parrilla y una óptica. Querían desconectar la batería».

«Para el vecino no fue suficiente el daño. Con algún elemento punzante rayó toda la pintura de la parte trasera del auto», detalló el damnificado. Cuando estaba a punto de volver a su casa se encontró con un efectivo que lo esperaba al lado de su vehículo.

«El policía amablemente se quedó a cuidar el auto para que no aprovechen a robarle cosas y me explicó lo sucedido», expresó finalmente Cuccaro.