En el día de ayer se conoció la noticia que el autor del libro Operación Chacabuco sobre la última dictadura cívico militar en nuestra ciudad, Juan Chazarreta, fue querrellado por Julián Domínguez por supuestos daños morales. La razón principal de la acción que lleva adelante Domínguez está relacionada a la aparición en la contratapa del libro de una supuesta vinculación del ex-intendente con el batallón 601 de inteligencia.
Esa sugerencia que se realiza en la contratapa no es afirmada en el interior. En el libro solamente se comenta que Joaquín Anchorena, funcionario de Domínguez cuando fue Intendente, habría realizado afirmaciones que lo vinculan con ese batallón de Inteligencia. Sin embargo, en el pasado reciente se recuerda que se intentó declararlo a Anchorena como persona no grata por figurar en las listas del mencionado batallón, sin embargo, el Concejo Deliberante, luego de una extensa deliberación descartó tal expediente por considerar insuficiente las pruebas. Lo que se afirmó en su momento es que Anchorena perteneció al Batallón pero en épocas anteriores a la última dictadura militar y ya no cumplía ninguna función en aquella época.
Según se supo, la acción judicial ya tuvo su primera mediación en los tribunales de Capital Federal donde Chazarreta estuvo representado por dos abogados, uno por la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos y otro por el Movimiento de Campesinos de Santiago del Estero. En tanto, Domínguez estuvo representado por Eduardo Barcesat, el conocido constitucionalista, mas no se hizo presente por lo que la mediación no llegó a ningún puerto y se programó otra nueva.