El sábado 9 de diciembre se presentó en La Vieja Conexión, con una gran apuesta, Don Vilanova. La Posta allí estuvo para entrevistar al excelso músico que durante 50 años ha formado parte de la tradición blusera argentina.
-¿Qué es la música para vos?
-A esta altura, es como una especia de alfombra mágica que nunca en mi vida pensé que iba a existir, esa fantasía, y existe. Los últimos 50 años ha sido así para mí y ha ido mutando y transformándose, como el oxígeno. Lo que pasa es que tengo 62 años entonces tengo un montón de puntos de vista. A través de tantos años he ido viendo y observando. Creo que el argentino tiene una cosa con la música que es impresionante, bastante poco común con respecto del mundo, de otros países. El helicóptero que le hacían a los Rolling Stone con las camisetas, Clapton hace los solos de guitarra cuando viene a Argentina con una cancha cantándole los riffs de Cocaine, 70 mil tipos haciendo oh oh oh, cosas como un Indio Solari que convoca 300 mil personas. No es muy común en el mundo que a los lo vayan a ver 300 mil, 400 mil personas, entonces hay algo muy especial. Creo que es nuestro salvavidas, el arte, la música, todo lo que tenga que ver con arte, desde la música a todo el resto, vivir, actuar, fotografiar, filmar, pintar, danzar, todo lo que se haga. Lo que pasa es que tenemos un gran problema en la política, entonces hay que plantearse de ocupar los lugares públicos de la cultura, que no estén en manos de políticos, ni de punteros políticos, ni de ayudantes políticos, sostén espiritual político, no, no, que esté en manos de artistas, que sea un lugar desde donde los artistas sean los que saben acerca de la cultura, con una regulación del estado para que no vayan dos locos y ponen a todos los amigos de él. No, el Estado dice ‘bueno, okey, ¿cuál es tu movida? ¿Qué está pasando acá? Vamos a apoyar con esto, con aquello, con lo otro’. Pero que algo, no solo tenga una expansión económica, que la puede tener, si no que se relacione con una expansión espiritual, yo doy fe de eso en mí mismo. Yo pertenecía a un sector de la sociedad desde niño que todo lo que se me dirigía era… hasta cuando escuché Pappo, escuché Los Gatos, Almendra, y dije ‘Ah! No es todo como te la están vendiendo’. Y fue un gran cambio y fue lo que pasó, y se cambió el mundo. Vos fijate, un grupo de muchachos que cantaban canciones, sacaban fotos locas, le cambiaron el rumbo de la vida a otros conciudadanos, a un compatriota de ellos, con el arte, canciones, con dibujos, con declaraciones, con películas, con todo lo que pasó con el rock que fue naciendo. Yo soy un influenciado de ahí, entonces para mí la música tiene toda esa imagen que yo percibía en ese momento. Por suerte no soy el único loco que te dice lo mismo, muchos son pibes muy jóvenes que están maravillados con toda esa época del rock argentino, el rock argentino naciente, el mismo que me maravilló a mí. El último tipo que lo compró fue Badia, que le dio cabida. Yo toqué 10 minutos en el programa de Badia y en esa semana vendí 10 shows, fíjate lo que colaboraba con la movida, y vos no le tenías que dar comisión. Después se comprueba con Memphis cuando Tinelli pone un tema de la Memphis, el crecimiento que tuvo esa banda fue impresionante y además, mira lo bueno que es, que tiene efectos colaterales, que la gente empezó a hablar ‘La Blusera’. ¿Por qué la blusera? Porque tocan blues, cada uno tiene más o menos una info y es un país donde la palabra blues se escucha mucho más que en otros países y bien merecido que lo tenemos, porque hay un montón de gente y un montón de artistas y artistas cada vez hay más, pareciera que no, pero sí. Entonces el arte, la promoción del arte, cambia la vida de las personas. Ahora está toda dirigida a música con mensajes nefastos, yo si hubiera estado en el Titanic hubiera estado abajo en la bodega, pero no hay un compromiso. Con un compromiso político el efecto que se puede producir es tanto espiritual como material. La gente a la que le gusta tanto la música y hay tanta gente trabajando alrededor de los músicos es increíble. ‘No es un laburo’ como muchos dicen, ‘estos drogadictos se la llevan toda’. Lo más lejos que te la llevás es a tu casa para pagar impuestos, para vivir, para ir al centro a comprarte un cable nuevo, pagar la cuota de un amplificador. Hay un circuito y hay mucha gente. El apoyo a esto sería fabuloso, habría miles y miles de personas laburando. Pero ¿viste? hay cosas que son muy difíciles, lugares que se perdieron y son muy difíciles de volver a conquistar, lugares que se pierden y listo. Nadie hace nada, no hay protección, la cámara de discotequeros un día decide que va a haber dj’s y no va a haber más músicos en los escenarios de ellos y un tipito reemplazó el laburo de 10. Una decisión unilateral que tomaron, entonces hay muchos escenarios que los músicos no los pueden usar. Si vos tenés miles de escenarios todos los fines de semana, tenés miles de músicos trabajando y todos los que se benefician alrededor del músico.
-Es que es un trabajo, mucha gente vive del arte…
-El que quiera tomarlo como un hobbie, con las facilidades que hay hoy para grabarte, para filmarte, para difundir inclusive, bueno que lo haga. Pero el que trabaja como músico tiene que estar protegido como cualquier trabajador. Además podes hacer las dos cosas.
-¿Hay algún sueño que no hayas logrado, que digas ‘todavía me falta lograr esto en la música’?
-En la línea que veníamos hablando, siempre va a haber buenos músicos. Estamos muy pirados, pero esto que estábamos hablando recién: las conquistas laborales que tendría que haber para los músicos, como tienen ni más ni menos que cualquier otro trabajador, ese es el sueño. Que haya muchos escenarios para tocar para que mucha gente se gane la vida con un trabajo honesto.
-Una vida dedicada a la música: ¿vale la pena?
-Para mí sí, es lo que tengo. Todo lo que se generó a través de estos 50 años fue cada día más lindo y mejor. Me hizo aprender mucho, me hizo como hombre, como persona, como ciudadano, como colega, como amigo, como esposo, como amante, como padre, como abuelo, y todo alrededor de la música fue bastante agradable.
-Nombrabas familiares, ¿qué se siente que tu hijo este en la música?
–Está buenísimo. Yo soy fan de Carajo y me encanta que mi hijo se haya propuesto cosas y las haya concretado, que le vaya bien, que se sienta tan compenetrado con sus amigos, con los que está tocando. Está creciendo también como hombre, ahora es papá de 2 chicos, Corvata también, Tery no todavía, pero son muy familieros. Estoy contentísimo. Ya hace varios años, como 15, que se gana la vida como músico. Eso es lo que debería poder multiplicarse.