La mesa nacional del PRO se reunió ayer convocada por Macri para intentar paliar la escalada de la interna que se está viviendo tanto al interior del partido fundado por ex-presidente como, más ampliamente, dentro de la alianza que mantienen con el radicalismo bajo el sello de «Juntos por el Cambio». El encuentro tuvo lugar tras muchas semanas donde los cruces, reproches y desautorizaciones mutuas entre los integrantes de la coalición de centro-derecha no pudieron ocultarse, en especial, los esgrimidos con frecuencia y altisonancia por Patricia Bullrich y Gerardo Morales sobre la necesidad de definir claramente precandidaturas presidenciales de cara al 2023.
Estos intercambios poco amistosos pusieron en discusión el hipotético consenso que el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, creía que existía hasta hace un tiempo en torno a su figura como candidato presidencial dentro de «Juntos», así como las vacilaciones mediáticas del ex-presidente Macri sobre la posible búsqueda de un segundo mandato al frente del ejecutivo nacional. La mesa del PRO, a través de la voz de Cristian Ritondo, entendió que su sector debía dejar en claro quiénes son los precandidatos «puros» de dicho espacio para despejar la incertidumbre e intentar, de esa manera, bajarle el nivel a la alta tensión que atraviesa a la facción cambiemita.
De la reunión salieron fortalecidos como precandidatos a la presidencia: Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta. Al ser consultado por la agencia Télam sobre las razones por las que no figuraba Mauricio Macri en esa nómina, el dirigente respondió que: «nunca manifestó que quiere ser candidato» y que, no obstante, el objetivo central del encuentro fue: «poner en papel lo que está a la vista, porque son claramente los mencionados son los tres postulantes en carrera del PRO. Además hay que dar una señal clara y contundente al respecto». Sobre si el ex-presidente será o no, finalmente, precandidato Ritondó deslizó vagamente: «eso es algo que [Macri]definirá».
Ante la imposibilidad de negar la feroz interna a cielo abierto que está atravesando el PRO y sus aliados, admitieron lo obvio:
«Se reconoció que hubo ánimos exaltados en los últimos tiempos, que hay que bajar la tensión y que no tenemos que pelear porque eso no nos favorece». Reconocieron los portavoces del partido que «hay que frenar la exposición con fotos que generan malestar interno».
Al retirarse del encuentro, Rodríguez Larreta reconoció la «tensión» de las últimas semanas en «Juntos por el Cambio» pero sostuvo que en su caso se «junta con los dirigentes del PRO, pero también con los radicales«. «Nunca me van a escuchar hablar mal de un compañero de ´Juntos por el Cambio´ porque creo que hay que trabajar en la unidad», resaltó el mandatario porteño.
Por su parte, Patricia Bullrich declaró al salir de la reunión que se encontraba: «muy contenta» y definió su relación con Rodríguez Larreta escuetamente: «Todo bien».
El ex-presidente Macri expresó que: «fue una muy buena reunión». A su vez, Larreta, buscando diferenciarse de la gestión presidencial de su predecesor en la jefatura porteña, no dudó en afirmar que «la primera diferencia que tendría con la gestión de Macri es que hay que ser muy claros desde el principio con la gente» para luego asegurar que: «El país no puede esperar 100 días, si asumimos en 100 horas tenemos que ir a fondo y presentar un plan».