Las estadísticas siguen reflejando un cuadro de situación cada vez más complejo. Así como publiqué hace unos días la situación del sector textil y frutihortícola hoy se conocen datos de la Construcción.
El diario Página/12 indica que el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC) registró una caída del 14,4 por ciento en los puestos de trabajo durante junio, lo que equivale a 61.371 puestos menos. Es la contracción más pronunciada desde 2007, cuando comenzó a realizarse la medición.
Las causas de esta pérdida de empleos son la parálisis de la obra pública, el desmantelamiento del plan de créditos para la construcción de viviendas Pro.Cre.Ar, el frenazo en la exploración petrolera encabezado por YPF y la baja de la inversión en sectores industriales, entre otras iniciativas públicas y privadas que afectan a la actividad.
Hoy el desempleo se ubica al borde de los dos dígitos. La actividad económica marcó caídas del 4,3 por ciento, la industria retrocedió el 6,4 y la construcción el 19,2.
Este cuadro de situación es el resultado de las políticas llevadas adelante por el Gobierno de Cambiemos, encabezado por Mauricio Macri.
“Tenemos que bajar el costo del empleo” afirmó el ministro de Producción, Francisco Cabrera, ante empresarios. Este es el pensamiento macrista. Para ellos el salario es un costo de la empresa y cuando más bajo más ganancias para los empresarios.
Por eso, para abaratar este costo que son los salarios, es menester que aumente el desempleo, que los trabajadores se vean obligados a elegir entre empleo o salarios. Entonces sí, las cosas volverán a su estado natural. Que los ricos vivan y los pobres sobrevivan, pero que sobrevivan resignadamente sin la peligrosa esperanza que es posible transformar la realidad. Bajo esta lógica neoliberal, no sólo hay que seguir subiendo los porcentajes de desocupación para llegar a los dos dígitos sino fundamentalmente hay que destruir la política. Es el fin de las ideologías. Hay que salir del aislamiento del Mercosur e ir al encuentro del mundo que nos recibirá con los brazos abiertos para seguir explotándonos como país dependiente.