La semana pasada se realizó un balance del recorrido de la película «El Secreto de Lucía» a dos años y medio de su estreno comercial. En la conferencia de prensa realizada en La Strada, el director Becky Garello estuvo acompañado por Mirta Pascucci y Emilio Scandizzo.
La película, que fue todo un éxito, actualmente está disponible en Netflix. Proyectada en más de 50 cines nacionales y participó en más de 15 festivales de cine nacionales e internacionales durante los que recibió 5 premios, entre ellos dos a mejor película.
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Según relató el director, la película fue vendida a Sony por 10 años, pero a su vez fue comprada por HBO a Sony por 3 años en exclusividad. Como ello ya finalizó ahora el film esta disponible en la plataforma internacional Netflix.
Conforme con el desempeño, Garello agradeció a la municipalidad, a las empresas y a los vecinos de Chacabuco que colaboraron en la realización «la verdad que cuando fue el rodaje tuvimos un apoyo total, cuando fue el estreno (en el cine Español) fueron 5000 personas a verla».
Con respecto a las críticas que recibió de la película dijo «saber que iba a pasar eso», «hubo mitad de la crítica que la odió y mitad que la amó».
el-secreto-de-lucia0001Con respecto a  sus proyectos futuros dijo «estamos terminando un nuevo guión de una película que la idea es venir a rodarla a Chacabuco. Es una película que es una adaptación de un clásico de teatro, de para mí el mejor escritor de teatro de todos los tiempos (aunque no dijo de quien se trataba), más grande que que el Secreto de Lucía, pero hoy no están dadas las condiciones para comenzar ni con una preproducción ni con un proyecto así que estamos medios en stand by esperando que estén las condiciones para presentarla al INCAA».
Además consideró que el INCAA está subejecutando su presupuesto, por lo que la espera del nuevo proyecto tiene que ver con una indefinición de las políticas cinematográficas. Con respecto a las recientes denuncias de mal manejo de los fondo del Instituto de Cine dijo que está de acuerdo porque se priorizaba la cantidad y no la calidad pero que «en vez de empezar a manejarlas bien, las borran de un plumazo».