Hoy se celebra el Día del Periodista, en reconocimiento a Mariano Moreno, abogado y miembro de la facción más revolucionaria durante la época de mayo de 1810. Pero es seguro que lo que entonces representaba el periodismo ya no lo es.
En la actualidad, las plataformas digitales, los multimedios y las grandes corporaciones periodísticas han ido dando forma a lo que se conoce como el quinto poder: el periodismo se encuentra en una zona de tensiones, entre la credibilidad y las fake news (noticias falsas), entre la responsabilidad periodística y la crisis económica. De lo que no hay duda es que los medios hegemónicos siguen siendo quienes formatean buena parte de la opinión pública.
Para dialogar sobre el periodismo en general y en nuestra ciudad en particular, La Posta entrevistó a Emilio Scandizzo, presidente del Círculo de Periodistas de Chacabuco.
«Siempre digo que me merecen el mayor de los respetos quienes hacen periodismo en Chacabuco, en ciudades como las nuestras, con todas las dificultades, las contras. Conocerse con casi todos, que todos te conozcan, exponerte a opinar y a escribir, porque siempre habrá alguien que tenga algo para decirte, que no comparten. Algunos lo dicen de buena manera, otros de mala manera. Vivir de esto es muy difícil, y por eso creo que es muy valorable todo esto», dijo Scandizzo en esta nota con La Posta.
– Tiempos complicados para la profesión los que corren… ¿qué es para vos ser y hacer periodismo?
-Creo que el periodismo es una vocación. Uno lo que hace es comunicar, informar, y que la sociedad, la comunidad esté informada y al tanto de lo que pasa. Es una herramienta muy importante para las sociedades contar con información, qué cosas se hacen bien, cuáles se hacen mal. Eso en líneas generales. Después, cada uno tiene su mirada, sus formas de hacer periodismo. Pero la importancia esencial es esa: que la gente esté informada, porque cuando está informada piensa las cosas de otra manera, resuelve mejor algunas situaciones. Ahora, en época de elecciones, tiene más herramientas para dilucidar y emitir su opinión en el cuarto oscuro, para conocer las realidades, por supuesto con la mirada de cada uno.
-En los últimos años se ha puesto en tela de juicio a algunos medios de comunicación, de los intereses de los medios hegemónicos. Vos formás parte de un medio autogestionado. ¿Se hace difícil pelear el caudal de información contra esos medios masivos?
-Desde un tiempo a esta parte, afortunadamente, lo que ha pasado es que la gente cuestiona a los medios de comunicación. Y digo afortunadamente porque antes lo que se leía en un diario, en radio o televisión era sagrado, era una palabra absoluta, incuestionable. Lo bueno es que la gente empiece a cuestionarse, y que los propios periodistas empiecen a cuestionar tanto el medio en el que trabajan, como la comunicación, y sobretodo la comunicación hegemónica. A veces cuando se instala un discurso, un relato, se impone, es muy difícil contrarrestarlo. Ha pasado con un montón de cuestiones, más que nada a nivel nacional, porque en Chacabuco no hay grandes medios, cada uno la lucha desde donde puede. Se han escrito miles de páginas sobre temas que no eran así, se instala el tema, y mucha gente lo repite. La concentración mediática en Argentina provoca estas cosas. Me parece que la ley de medios apuntaba a eso, a agregar voces distintas al relato hegemónico. Fue una ley muy importante, que se discutió mucho. Se la atribuye al kirchnerismo, pero se discutió mucho, incluso desde antes de Néstor y Cristina Kirchner. Se discutió en el ámbito académico, en sectores de la comunicación, y me parece que herramientas como esas hacen falta.
-En la actualidad se suman muchas herramientas a la comunicación y al periodismo, como las redes sociales, las webs, los blogs, lo multimedia que con tu medio lo trabajan mucho. ¿El periodista necesita una capacitación constante en todo esto?
-Antes era muy costoso, muy difícil poner una radio, un diario, ni que hablar de un espacio en televisión. Solo los que tenían cierto nivel económico, poder adquisitivo, podían tener un medio de comunicación. Hoy está prácticamente al alcance de todos tener un medio de comunicación. Pero no hay que perder de vista también que en redes sociales cada uno se rodea más o menos la gente que piensa como uno, así que hay que tratar de estar presente allí y tratar de mostrar también otras miradas. También hay una proliferación de las fake news, noticias falsas, y hay que tener cuidado con eso también. Nos estamos adaptando, incluso los que somos jóvenes. El periodismo y la comunicación están cambiando. Es un aprendizaje permanente. En Capital Federal, en los medios grandes, cada uno tiene un rol asignado, y está el que saca fotos, el que filma, el que edita, el que escribe, el que desgraba… acá todos hacemos un poco de todo. En Chacabuco tiramos el centro y cabeceamos. No está la posibilidad de tener a alguien para cada rol, es muy difícil vivir del periodismo en Chacabuco porque no dan los costos. En ese sentido hay que estar todo el tiempo aprendiendo cosas nuevas. La verdad que lo veo como algo positivo. Nosotros cumplimos dos años como medio, y no sabíamos en un principio en qué formato hacer el medio. Pero la web de noticias te permite esto, la múltiple plataforma, y aprender todos los días algo nuevo.
-Al principio de la nota decías que al contar la realidad, la noticia, hay una «mirada» de quien lo cuenta. Se habla mucho de la objetividad y la subjetividad en el periodismo. ¿Qué pensás al respecto?
-No creo en la objetividad, porque no creo que sea algo practicable. Nadie puede despojarse de todo para escribir, ser imparcial… Respeto a quienes reproducen ese discurso y creen que el periodismo no debe decir nada, debe solo limitarse a contar un hecho. También está el periodismo de opinión, donde me siento más a gusto, creo que el periodista está bien que opine, que lo haga con su nombre y apellido, y que la gente sepa quién lo dice y desde dónde. Me gusta mucho ese periodismo, escribir esas notas, plantear una postura, y no ocultarla. Quien se diga objetivo está faltando a la verdad, porque en algún momento, algo que dijo, que escribió, que reprodujo, tiene subjetividad, tiene opinión. La objetividad como valor no existe. El recorte que hacés, cómo contás algo, qué cuestiones de un hecho contás, y cuáles no contás sobretodo, forma parte de la subjetividad. Eso está presente en todos. Algunos lo harán más evidente, otros lo esconden, pero siempre se filtra. Lo que no hay que hacer es faltar a la verdad. Se puede tomar una posición, siempre, y no faltar a la verdad.