Durante la semana pasada se dio a conocer que la Unidad de Información Financiera tiene en sus ojos a Víctor Santa María, titular del gremio de los porteros (Suterh) y a la vez propietario de un amplio número de empresas, entre las que destaca el grupo Octubre.
La investigación se abre por posible defraudación al fisco, evasión impositiva y enriquecimiento ilícito. La información fue revelada por los diarios Clarín y La Nación en simultáneo, el pasado domingo, y pone también en el centro de atención a un chacabuquense, Andrés Leonardo Stangalini, propietario del Hotel Postal, entre otros emprendimientos.
Stangalini es indicado como un hombre de extrema confianza de Santa María, y durante 2016 protagonizó junto a su hermano un episodio extraño y que le dio a la justicia motivos para actuar: yendo hacia Uruguay junto a su hermano intentaron sacar del país 530 mil dólares en una valija, operación que se realizaba con dinero sin declarar.
Stangalini se presenta como administrador del Hotel Postal, y vincula a su familia con el club Boca Juniors, del cual Santa María también es un profundo admirador.
Santa María es investigado a partir de encontrarse cuentas en Suiza por el valor de 4 millones de dólares. «El informe de la UIF en poder de Bonadio y del fiscal Carlos Rívolo detalla a lo largo de más de 40 páginas una serie de operaciones inmobiliarias y financieras realizadas por el Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (Suterh), donde aparecen repetidamente empresas vinculadas a Damián Fernando Bila y Andrés Leonardo Stangalini«, señaló La Nación.
Los contadores Bila y Stangalini son acusados de haber creado una engorrosa trama de empresas vinculadas al sindicato que conduce Santa María.
De la misma manera, es cierto que la investigación cobra impulso luego que se concretara la venta al grupo Octubre del diario Página 12, uno de los pocos matutinos que se oponen al gobierno nacional.
Santa María entiende que se trata de una persecución política para hablar de la corrupción kirchnerista. La sospecha del caso es que Bonadio ha dejado de ser un juez creíble e imparcial, por lo que las dudas al respecto son justificadas.