Durante el último tiempo la sociedad argentina viene desarrollando una serie de debates sobre temas más que espinosos, y que marcan la característica argentina de liderar en materia social en América Latina.

La legalización de la interrupción del embarazo que se debatió el año pasado promete volver a ser tema de debate legislativo este año. Pero hay otros temas que sigilosamente vienen tomando cada vez más estado público.

Entre ellos la financiación del estado a la iglesia católica y la eutanasia. Pero seguramente es el uso del cannabis con fines medicinales un tema que goza de tal consenso que ya se nota en todos lados.

En nuestra comunidad, uno de los profesionales que más conoce de las propiedades del cannabis es el doctor psiquiatra Fernando Miró. Y con él concurrimos a consultarle su punto de vista sobre el tema.

«Marca un hito de toda la medicina»

Café de por medio, Miró contó entre otras cosas, cómo comenzó a estudiar el uso del cannabis, a raíz de una dolencia que él mismo padecía. Desde allí comenzó su investigación.

Para Miró el hito fundacional del cannabis medicinal es el descubrimiento del THC (Tetrahidrocanabinol), y el CBD (cannabidiol) por el investigador israelí Rapahel Mechoulam. «Después de 20 años redescubren que el sistema humano produce canabidiol», explicó.

«Demostró que el THC y el CBD producen una apertura que logra liberar eso que está como encapsulado. Rompe con el mito de que la marihuana es una planta mágica. Es pura química, no es magia», afirmó el psiquiatra.

Con respecto a la reciente novedad, que la OMS decidió dejar de considarar el cannabis como una droga peligrosa, Miró opinó: «Adoptar nuevas drogas que antes se consideraban ilícitas me parece que está bien». Y se mostró confiado en el avance científico en este campo: «La humanidad una vez que avanza en temas que son serios…». «Marca un hito de toda la medicina».

Ley

La actual ley que obliga a suministrar aceite de cannabis a algunos pacientes tiene algunas complicaciones en su puesta en práctica. Miró explicó que la ley propone cubrir el medcamento a algunos pacuientes con enfermedades seleccionadas, como el caso de la epilepsia refractaria, pero deja otras patologías afuera como la enfermedad de Parkinson.

Ello obliga a que en Argentina el aceite cuando es recetado deba ser pedido en el exterior por valores astroómicos que vuelven imposible de costear para las obras sociales, el estado o los aprticulares, que finalmente hace a los pacientes optar por producirlos ellos mismos.

«Por eso cobra valor el cultivo solidario de las madres de Mamá Cultiva, que generan su propio aceite en sus domicilios», explica Miró. «Esto tiene pro y contra, ante el fracaso del Estado que hace tiempos largos, y entonces obliga a las personas a tener que hacer estos cultivos domiciliarios», dijo en virtud que hoy cultivar con fines medicinales está prohibido, a no ser que el Estado lo habilite expresamente.

El avance científico y social en materia del tratamiento del cannabis ha llegado tan lejos, narró Miró, que hace poco se hizo un curso anual de posgrado en cannabis medicinal en la Facultad de Medicina de La Plata: «Era impensable que en una facultad del nivel de La Plata se hiciera un curso para que los médicos y otros agentes sanitarios volquemos nuestra experiencia sobre el tema y eventualmente se plasme en textos».

Con respecto a la posibilidad que haya una ley que permita el autocultivo con fines medicinales o la producción local de este tipo de aceite «van a bajar los costos, va a bajar el nivel de compra ilegal para uso recreativo, y se descomplejiza algo que hoy está estigmatizado y de alguna manera prohibido y con un discurso prohibitivo en los colegios, cuando también hay que mostrar la otra cara».

Discurso prohibitivo

Para ejemplificar este discurso prohibitivo sobre el cannabis, Miró explicó el caso del tabaco. «Yo fumo cigarros, y está demostrado que la nicotina se expulsa del organismo a los 40 minutos, es hidrofóbica se excreta a los 40 minutos. El cannabis no se excreta, queda almacenado en el tejido graso. A los 40 minutos, mis receptores nicotínicos me van a pedir otro cigarrillo. Eso explica porqué un atado tiene 20 cigarrilos. Si uno multiplica 20 por 40 minutos te da 16 horas, la cantidad de horas que se supone que una persona está despierta si duerme 8 horas».

«Y eso no está prohibido y está comprado que el tabaco, la nicotina y el alquitrán son componentes cancerígenos», dijo. «De eso no se habla, pero en cambio el cannabis fue estigmatizado cuando EE.UU. ‘mejicaneó’ el cannabis por decirlo de alguna manera».

Sobre el uso recreativo del cannabis, Miró opinó que debe ser vigilado en los jóvenes ya que una utilización prolongada conumiéndolo como cigarrillo puede generar problemas en el lóbulo frontal: «eso está demostrado».