Las previsiones económicas que realiza el gobierno y las que realizan el sector económico no paran de modificarse. Al cabo, son sólo eso, previsiones, realizadas en base a lo que sucede hoy sin tener en cuenta lo que sucederá mañana.

En el Relevamiento de Expectativas de Mercado que publica el Banco Central de la República Argentina los grandes empresarios y figuras encuestadas realizaron estimaciones de la inflación cinco puntos superiores a lo pronosticado por el gobierno.

Según el informe, estimaron la inflación en un 40,1% al finalizar el año. Sobre el dólar vaticinaron que alcanzará los $51,20, mucho más allá de los $50 del mes pasado.

El mencionado Relevamiento es totalmente optimista sobre las posibilidades del gobierno de controlar la amenaza de una corrida cambiaria, que depende de seguir mantiendo el fondeo del FMI con dólares frescos.

En limpio, el cálculo optimista de inflación realizado por los empresarios influyentes y con buena relación con el gobierno es del 40% y un dólar pasando los $51. De allí habrá que derivar otros cálculos, ya que el principal problema de la ajetreada economía argentina es la profunda recesión en la que la política del gobierno ha hundido a los comercios y los consumidores.

Otro dato que se conoció recientemente: la CAME señaló que se cumulan 16 meses consecutivos de caídas en las ventas minoristas.

El gobierno tiene un problema central: una economía deprimida y sin atisbos de reacción. Donde se vaya es el único comentario la crisis. De manera que ese problema se ha trocado en político: Macri no para de caer en las encuestas.

Deberá resolver ese problema para aumentar sus posibilidades de reelección. Para evaluar las posibilidades de recuperación económica, es bueno recordar que el gobierno anunció hace un tiempo una serie de medidas de aumento en asignaciones que prometía reactivar la economía. Los cálculos realizados hasta el momento no demuestran que haya surtido efecto.