Chacabuco ya está en fase 3 (alto riesgo epidemiológico) por la cantidad de casos que se sumaron en la última semana. El partido acumuló en la primer jornada de esta nueva semana epidemiológica 96 casos positivos, la máxima cifra desde que comenzó la pandemia. En medio de la escalada de casos se conoció que este sábado se realizó una fiesta en pleno centro de la ciudad, en el local gastronómico «Casa Lusardi», propiedad de familiares del intendente, en la que participó una muchedumbre de jóvenes y que podría traer en los próximos días consecuencias funestas a la ciudad si alguien hubiera concurrido infectado.

El panorama de Chacabuco se complejiza con el crecimiento de la ocupación de camas en el sector de internación para pacientes de covid. Cuando anunció las medidas, el jueves pasado, el secretario de Salud Ignacio Gastaldi Bartak había dicho que “El hospital no está en una situación complicada tenemos camas disponibles”. Hoy esas palabras no tienen crédito: apenas unas horas después de ese anuncio la tercera ala del hospital (donde se alojan pacientes de covid) pasó de 9 internados a 15. Hoy martes 13 de abril el número de internados alcanzó los 24 pacientes y la tercera ala quedó al borde de su capacidad.

Preocupa si sucediera lo mismo que en otros lugares: que al aumento de los casos le sigue el aumento de la ocupación de camas generales (leves y moderados), luego el aumento de los pacientes con necesidad de cuidados intensivos (terapia) y el aumento de los fallecimientos. Por eso los sanitaristas dicen que el efecto de lo que sucede hoy lo veremos a los 15 días.

Una fiesta que podría salir cara

No son pocas las ciudades ni los casos donde una fiesta de las características que se vio el fin de semana en Chacabuco, en pleno centro y a los ojos de todos, sea el punto de partida para una situación fuera de control. Basta con hacer números para saber que es muy posible que alguna persona pueda haber concurrido asintomática.

Pero va más allá. Según explicaron a este sitio de noticias esto sucedía todos los fines de semana, y que el local cuenta con un patio cerrado interno donde se vinieron realizando fiestas en todo este tiempo. Hay quienes cuentan que bastaba pasar por afuera para advertir que el volumen de la música no venía de la radio de un desvelado. Para muestra publicamos una foto correspondiente a los primeros días de abril.

Foto de los primeros días de abril

El hecho causa todavía indignación, más entre los locales de gastronomía, donde el caso hace arder porque el local «Casa Lusardi» le pertenece a la hermana y al cuñado del intendente Víctor Aiola porque las preferencias son evidentes. El local finalmente no fue clausurado, no se conoció si hubo multa, no se dio intervención a la justicia federal (según informó la policía) y el día lunes, apenas un día después, ya se encontraba con actividad.

El malestar también lo manifestaron los propietarios de peloteros, salones de fiestas, pubs y boliches porque se supone que ellos no pueden abrir para que esto no pase. ¿Cómo pudo pasar?

Abogados, exfuncionarios y otras personas consultadas por este medio dijeron que, como poco, no se actuó de la misma manera que en otros casos. Hay comercios que dicen «por mucho menos» haberse visto obligados a cerrar así como recuerdan que no es la primera vez que este local comete una infracción.

El sábado 10

A este medio también informaron que antes de concurrir la policía a «cerrar» (no clausurar) el local, las autoridades le habían «advertido» de palabra al dueño que se había excedido del horario, y que hizo caso omiso. La actuación de las autoridades, entonces, solo se produjo porque se viralizaron fotos en las redes sociales.

Mismo sábado en el interior

Esto no se condice con lo que ha dispuesto la provincia, que propuso elevar las multas al máximo posible. En la conferencia de prensa de este martes, el jefe de Gabinete Carlos Bianco, relató el caso de un salón de fiestas en La Plata que se clausuró y se le aplicará la multa más alta.

Contravención

Según las autoridades de Chacabuco solo se habría violado una medida municipal, la de cerrar a las 23:30 horas, anunciada por el intendente Víctor Aiola. Por esto apenas le cabría una multa, porque se trata de una contravención, y por eso interviene el Juzgado de Faltas. Pero tampoco se le habría aplicado una multa: porque las medidas que anunció el intendente serían «de palabra» ya que no se conoce ningún decreto que las contenga ni que establezca las sanciones previstas.

En cambio, a nivel nacional y provincial sí están claras las normativas que se violaron. De ser así debería tratarlo la justicia federal y no la municipal, de la misma manera que le sucedió a otras personas que en Chacabuco se les abrió una causa por no cumplir un decreto nacional. Excederse del horario no es nada. La noche del sábado no se cumplió la obligatoriedad del uso del tapabocas, no se respetó la capacidad máxima en el local, y tampoco se mantuvo el distanciamiento social. Todas medidas dispuestas por el gobierno nacional y provincial desde antes de la segunda ola.

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