Lugares frescos, espacios verdes, evitar horarios cuando el sol es más fuerte y llevar una alimentación e hidratación adecuadas son algunas de las recomendaciones para prevenir golpes de calor e insolación a causa de las altas temperaturas.

«Hay dos elementos claves para prevenir o atenuar los efectos del calor sobre la salud de las personas y uno de ellos es mantener una hidratación adecuada que, en términos generales, se recomienda que un adulto sano consuma 2,5 a 3,5 litros de agua por día, de acuerdo a su género y talla», informó a través de un comunicado Ramiro Heredia, médico clínico de la séptima cátedra de Medicina Interna del Hospital de Clínicas.

La cantidad de agua, explicó el especialista, se debe incrementar según las necesidades, como por ejemplo, la realización de ejercicio.

Otra recomendación es no realizar actividad física o exponerse al sol directamente en los horarios que resulta más sofocante, entre las 10 o 11 de la mañana hasta las 16 y 17.

«Además, deberíamos procurar estar en ambientes frescos, bien ventilados, con la utilización de aires acondicionados y ventiladores», indicó Heredia quien subrayó la importancia de prestar especial atención en la hidratación de bebés e infancias, así como de adultos mayores o personas con dificultad para la comunicación.

Con respecto al ejercicio físico, el profesional indicó que «el entrenamiento debe incrementarse en forma progresiva: primero se aumenta la frecuencia semanal, luego el volumen y finalmente, la intensidad».

Además, recomendó la realización de actividad física por la mañana temprano o por la tarde, luego de la caída del sol.

Los síntomas del golpe de calor en bebés pueden tener ciertas características como estar tranquilos, con una baja en su actividad normal, se quedan dormidos, pierden la iniciativa o tienden a no alimentarse ni llorar.

También hay que tener en cuenta mantener una alimentación más sana, rica en frutas y verduras, y evitar las comidas con alto contenido graso que generan un trabajo en el tubo digestivo mayor.

Usar ropa de colores claros, liviana, en especial ropa de algodón evitando nylon o poliéster, usar gorras o sombreros a la hora de transitar en horas de sol, el uso de anteojos de sol, utilizar protector solar al menos con un factor de 30 y prestar atención al tipo de piel y antecedentes médicos, son otras recomendaciones médicas.

Respecto a los efectos del golpe de calor, el especialista explicó que se puede «elevar la temperatura corporal hasta valores por encima de los 40,5 grados centígrados y se presentan síntomas neurológicos, como dolor de cabeza, náuseas, vómitos, sensación de desvanecimiento, agotamiento, cansancio, debilidad, alteraciones del nivel de conciencia, confusión, agitación, letargo, convulsiones, síncope e incluso coma».

También puede aumentar la frecuencia cardíaca, con palpitaciones, y la frecuencia respiratoria, al tiempo que baja la tensión arterial e incluso puede presentarse sensación de falta de aire por edema pulmonar.