A principio de semana Jose Luis D’Acciavo, colaborador de la guardería canina, realizó una publicación denunciando la situación actual que vive la guardería.

Arrancó contando los inicios de la misma, retrotayéndose 23 años cuando «no había nada y entre tres personas» pudieron lograr alquilar la parte de una quinta de Frontera, para sacar a los perros del predio del corralón municipal donde morían o se mataban entre ellos.

Comentó también que colocaron los postes con tejidos y construyeron una pieza para guardar herramientas y alimentos, que fue y es provisto por Molino Chacabuco, mientras que Frontera y su esposa se encargaban de la limpieza y cuidado de los animales.

«Molino Chacabuco nos proveyó desde entonces hasta nuestros días de todo el alimento necesario, nunca nos faltó el mismo, pero debo decir con profunda tristeza que lo que siempre nos faltó, fue la colaboración de los políticos de turno y varios fueron los que pasaron», expresó D’Acciavo.

Así mismo contó que la gente de APACHA se reunió con Aiola, en donde se le planteo al actual intendente el ofrecimiento de la gente de la Asociación para la construcción de la nueva guardería, colaboración para forestar, parquizar o ayudar en lo que fuere «en forma desinteresada y gratuita».

Y agregó que «la idea fue rechazada con el argumento de que esa era tarea del municipio, y hoy vemos el resultado, no solo no se construyó casi nada, sino que lo que se forestó se secó por falta de riego, se colocó el tejido sino en forma parcial y en forma incorrecta, no se realizó el tendido para el agua de los caniles».

Contundentemente en el escrito D’Acciavo denuncia, «No sabemos a ciencia cierta porqué esta obra no se hace habiendo recibido el dinero para la realizarla».

Para finalizar expresa, «Ante la inoperancia de las autoridades ya sea del Sr. Molina con el que tuvimos varias reuniones encargado de la construcción y que con gran empeño nos planteaba la guardería modelo de la provincia como así también las autoridades se zoonosis, es que le pido al Sr. Intendente en el cual confié ciegamente en su palabra empeñada, que me demuestre que no estaba equivocado y que por el bien de nuestras mascotas, cumpla y con la celeridad que el caso amerita la promesa que en su momento hizo».