La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) convocó este lunes a la «Misa por la Vida», que se celebrará el miércoles 8 de agosto a las 20 en la Catedral de Buenos Aires, el mismo día en que está prevista la votación del proyecto de ley de despenalización del aborto en el Senado.

El oficio religioso será presidido por el cardenal Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, mientras que concelebrarán monseñor Oscar Ojea, obispo de San Isidro y presidente del Episcopado, y obispos de distintas Diócesis del país.

Por su parte, el Consejo Nacional de la Acción Católica Argentina (ACA) envió un mensaje a los dirigentes diocesanos, en el que remarcó que es «hora de testimoniar» y llamó a manifestarse «más que nunca» a favor de «la defensa de las dos vidas», metáfora que emplea la Iglesia para defender su postura a favor de los abortos clandestinos, ya que en rigor no se discute el aborto, sino un proyecto que pretende legalizarlo.

«La Iglesia, que somos todos y cada uno de nosotros, tiene el derecho a opinar, proponer y peticionar, el mismo derecho que tenemos cada uno de nosotros cuando, también siendo Iglesia, vamos a votar», señalaron.

La Comisión Nacional advirtió además que «ninguno» debería «quedarse en su casa en las próximas manifestaciones» y agregó, «Nos toca la hora de testimoniar lo que creemos en la calle, con respeto, humildad, fraternidad, aun a riesgo de soportar algún insulto o discriminación. Alentando a nuestra gente a ofrecer el testimonio del Evangelio en el que creemos con todas sus consecuencias. Confiamos en la protección de Jesús y de su Madre!».

El interés de la iglesia católica argentina porque se sigan haciendo abortos clandestinos es muy grande, y ello lo testimonia las denuncias que han realizado senadores y expositores de las audiencias acerca de las presiones eclesiásticas para que voten en contra de la iniciativa, es decir contra la legalización del aborto, y por lo tanto, a favor de que continúen los abortos clandestinos.

En este sentido, solicitaron que cada uno, en su lugar, se contacte con los movimientos que están llevando adelante distintas acciones y que generen actividades en las parroquias, en las plazas, en los lugares «donde cada uno desarrolla su propia vida».