El Parque Nacional Nahuel Huapi prohibió que los vecinos y turistas se bañen en una zona del lago por los altísimos niveles de contaminación.

«No hay guardavidas ni hay permiso para estar ahí, ni para nadar, ni hacer deportes acuáticos», fue la excusa que brindó la subsecretaria de Protección Civil Patricia Díaz, en declaraciones a Noticiero Seis. Y recomendó apelar a las playas habilitadas.

Sin embargo, la zona prohibida llama la atención: va desde la desembocadura del arroyo Ñireco a la planta de tratamiento de efluentes cloacales de Bariloche, que colapsó hace muchos años y viene vertiendo sistemáticamente al lago materia fecal sin tratar.

En ese sentido, muestreos realizados por el Departamento de Aguas Rionegrinas y citados por el sitio Bariloche 2000 confirmaron la presencia de la bacteria Escherichia coli unas diez veces por encima del máximo permitido. Hay numerosos análisis anteriores que coinciden con esos resultados y que han llegado a detectar cromo, mercurio y plomo.

Frente a este panorama, en diciembre de 2015, la senadora Magdalena Odarda y la ONG Árbol de Pie presentaron un recurso de amparo colectivo al que adhirieron más de 6 mil vecinos, que se presentaron uno a uno en la justicia para dejar su firma en el escrito.

En medio del revuelo, el gobierno nacional anunció el saneamiento del lago y presentó un plan para ampliar la planta y hacer un nuevo colector de efluentes domiciliarios, pero en el presupuesto de 2017 apenas destinó el 1% de los 435 millones de pesos prometidos para la planta (que deberíaN llegar a Río Negro entre 2018 y 2019) y un porcentaje similar para el colector.

«Hasta ahora, en lo relativo a las obras prometidas, luego de la última audiencia pública, lo único que ocurrió fue la publicación del llamado a licitación internacional para la construcción del nuevo colector costanero, que mejoraría la capacidad de transporte por tener mayor diámetro y evitar las filtraciones de efluentes por las roturas del actual, pero no resuelve el problema, porque al haber más posibilidad de transporte de efluentes sin aumentar la capacidad de tratamiento de la planta, nos veríamos en un problema mucho más grave, ya que aumentaría el volumen volcado al lago«, evaluó en declaraciones a Infobae la referente de Árbol de Pie, Ana Wieman.