Tan inteligente como intuitivo, Daniel Angelici podría expresar sus sensaciones a través de la mirada o de la voz. La mirada es profunda, dinámica y minuciosa. La voz, en cambio, suena tenue sin perder firmeza.
Después que aquellos ojos fueran una y otra vez sobre los rostros de quienes formaban la tertulia semicircular en el salón Río de la Plata del Sheraton Hotel en Retiro, mirando a Armando Pérez, le señaló: «Te tenés que ir, sos un inútil, están haciendo todo mal. Además, Boca no cobró un peso de nada; esto no va más…».
Angelici había dejado caer su opinión. Pero no le interesaba tanto la reacción de Pérez, como la de quienes formaban el grupo. Advirtió que Rodolfo D’Onofrio, al manifestar sus quejas, estaba en concordancia con Javier Medín y que ambos, convergen hacia un discurso simétrico. «Cuando tengamos que avanzar con la venta de los derechos audiovisuales del fútbol, el tipo que más conoce es Marcelo Tinelli, no le den más vueltas…», dijo D’Onofrio. Y Medín, aportó: «Es verdad. Si se forma esa comisión, debiera presidirla Marcelo…». Antes, el titular de River, y ahora postulante a la Comisión de Grupos de Interés de la FIFA, había dejado al descubierto su «familiaridad» con Pérez y con Medín: «Esto no es lo que venimos hablando, no es lo que hablamos», decía D’Onofrio refieriéndose a la proporcionalidad de la Asamblea, que seguía, según el proyecto original de la propia FIFA, otorgándole mayoría a los representantes del Ascenso y del Interior.
Angelici supo desde aquel 9 de noviembre de 2016, que Medín y D’Onofrio mostraban un nivel relacional frecuente. Y que entre ambos habrían de impulsar a Tinelli como la principal figura de los futuros acuerdos que le dieran paz y recursos al fútbol.
Claramente, esto significaba el desplazamiento de Angelici como la figura dominante para el futuro de la AFA. Tal movimiento, no exento de deslealtad toda vez que nunca le fue mencionado en tantas reuniones y tertulias, requeriría de más factores. Y Javier Medín comenzó a tejer el acercamiento de Tinelli con el Gobierno, sobre el cual había manifestado su rotundo descontento a través de sus influyentes tuits.
Muchas personas fueron participando para que Marcelo Tinelli estuviera más cerca de la futura AFA y del Gobierno. Y en ambas partes se advierte una tácita complacencia. Las negociaciones con Turner, Fox y ESPN por un lado y las diferentes reuniones con clubes de la Primera, lo demuestran. En el grupo de chat de Tinelli hay 9 presidentes de clubes de Primera División. Y sus comensales frecuentes son entre 15 y 20 presidentes o vices –al parecer no todos absolutamente confiables para el anfitrión- que mañana, lunes, tendrán un nuevo encuentro a las 16 horas.
Constituyen la base, desde donde está generando su nuevo protagonismo. En el último chat, Tinelli le escribió al grupo: «Tenemos que definir la rescisión con FPT, previo llamado por mayoría simple a asamblea (está hablada la Junta Interventora). Y después de algunas otras consideraciones sobre el viaje de Medín a los Estados Unidos, advierte a sus colegas: «Además, sería bueno hablar del tema político porque escucho que Angelici hizo un acuerdo con el ascenso donde la Superliga queda sólo para la Primera y le deja la AFA a Tapia. Sería bueno hablar de todo esto también. Avísenme si pueden y nos juntamos en algún lugar, el lunes a las 16. Es muy importante que vayamos todos los clubes de Primera. Fuerte abrazo». Inmediatamente se produjo el mensaje de D’Onofrio en el chat de Primera División: «Desde lejos pido coherencia, nadie es más que todos juntos. Las representaciones se ganan en un grupo, no se toman sin avisar».
Daniel Angelici, ahora en conocimiento de la trama y la estrategia que intenta dejarlo fuera del juego, diseñó su reacción: darle respaldo al Ascenso, al Interior y a la B Nacional a cambio de una Superliga que funcione físicamente en el 4° piso de la AFA, como un cuerpo natural de la institución.
Llamemos –caprichosamente- Queen al grupo de Medín, D’Onofrio y Tinelli.
Llamemos –también caprichosamente- Los Chalchaleros al grupo de Angelici, Tapia, Ferreiro y Toviggino (¿y ahora Gámez?).
Queen quiere realizar una Asamblea de Primera División, negociar un resarcimiento con el Estado por 350 millones de pesos, agregarles 180 de Telefé, Canal 13 y el main sponsor Exxon y pedirle al futuro comprador 1.000 millones de pesos de adelanto. (Como en la época de Grondona).
O sea, este grupo negociaría con Turner y con Fox, como «lo pidiera el Gobierno», según Tinelli; pero respaldaría la rescisión del contrato de Fútbol para Todos con una Asamblea, aventando cualquier contingencia jurídica, como también quiere el Gobierno. El secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis le pidió a Javier Medín y éste a D’Onofrio y Tinelli que la rescisión vaya de los dirigentes al Estado y no viceversa, como realmente está ocurriendo.
Los Chalchaleros, en cambio, no harían nada hasta que la Asamblea que les fuera legitimada en otro fallo impecable, valiente, ajustado a derecho e irreprochablemente fundamentado por el Tribunal de Disciplina de la AFA, vote a su presidente democráticamente con el Estatuto vigente. Así lo dictaminó el Tribunal de Disciplina de la AFA, presidido por el escribano Fernando Mitjans de manera tan brillante como ejemplar, tomando como referencia jurídica a la propia FIFA, a la Conmebol, a la Concacaf, etc… Eso ocurrirá cuando la Inspección General de Justicia, a quien se le elevara tal fallo, lo determine. El Tribunal de Disciplina le señala que el límite para llevar a cabo estas diligencias normales, obligatorias y estatutarias, no puede exceder los 30 días a partir del ingreso de la solicitud de inspectores, la publicación de edictos, etc, etc. O sea que si mañana Los Chalcha se van con el fallo y la solicitud de realización del acto a la IGJ, podría haber elecciones antes de fines de febrero. A más tardar en los primeros diez días de marzo. Ese día, o cuando fuere, habrá nuevo presidente, reformulación del Estatuto de la AFA, Superliga y el comienzo de las negociaciones por la rescisión, dejando en claro que es el Estado quien rompe el contrato y no los dirigentes de la AFA. Y finalmente, abordarían la venta de los derechos audiovisuales. O no habrá nada si la IGJ, por la razón que fuere, vuelve a impedirlo como ocurriera el 30 de junio de 2016. Esta vez les costará encontrar esa razón.
Hasta aquí, entonces, tenemos dos planeamientos diferentes:
Queen quiere Asamblea de Primera para respaldar la rescisión «a pedir del Estado», aceptar la indemnización «mínima» de 350 millones de pesos y firmar nuevos convenios con 1.000 millones de pesos de anticipo. O sea, decirle al presidente Macri, «Señor Presidente, el problema del fútbol está resuelto». Eso lo impulsaría a Tinelli a la presidencia de la AFA. Que, según D’Onofrio y Medín, es el único que podría lograrlo.
Los Chalchaleros, tienen menos apuro y más precisión institucional: primero elecciones y el mismo día reformulación del Estatuto y Superliga, sin la B Nacional por la «muñeca política» de Daniel Ferreiro, quien como líder de la categoría, la pone a resguardo de ir enganchado en negociaciones sin independencia. Constituido el poder, con nuevo presidente, nuevo Consejo Directivo (antes Comité Ejecutivo), nuevos vicepresidentes y demás cargos, abordar la rescisión del contrato con el Estado por la voluntad unilateral del propio Estado en términos dignos para ambas partes y las negociaciones por los nuevos contratos de cesión de derechos audiovisuales. Esto transformaría a Claudio Tapia en presidente, con Daniel Angelici como figura primordial en la AFA y en la Superliga y a Pablo Toviggino (Interior) y a Daniel Ferreiro (Nacional B) como los soportes políticos del rediseño y la unidad.
Mientras tanto, en esta insólita FIFA, cuyos funcionarios parecieran no saber o no conocer la problemática institucional de sus 211 afiliadas, se intuye una gran incertidumbre. Intervinieron a la AFA por pedido del Gobierno. Luego le derivaron a la Conmebol. La designación de los interventores se realizó, sin que hasta ahora se supiera bajo qué metodología fueron elegidos. En términos técnicos se dedicaron a lo que no les correspondía y en cambio no hicieron nada de lo encomendado. Los interventores deberían ser investigados. Uno de ellos –Pablo Toviggino– hizo una grave denuncia sobre la actuación de los otros tres interventores y la FIFA le pide por favor que la retire. O sea, no les importa sobre las irregularidades allí señaladas.
Peor aún, Carolina Cristinziano será designada en una subcomsión de la FIFA. Una señora que en la AFA no hizo nada más que ocuparse de los intereses de los jugadores que patrocina. Dejar en manos de Alejandro Domínguez –ahora uno de los seis integrantes de la Comisión de Finanzas, al igual que los demás presidentes de las restantes Confederaciones, sin atribuciones ni facultades, pues las cuentas de la FIFA están bloqueadas por orden de la Justicia mientras dure la investigación del FBI- recomendaciones de esta magnitud es volver a poner a la FIFA sobre un volcán. Sobre todo cuando se terminen las investigaciones sobre la contratación de la compañía LaMia, «transportadora Oficial de la Copa Sudamericana» que costó la vida de 71 personas y el dolor del Chapecoense compartido con el Mundo. ¿Cómo llegó esa sospechosa compañía a la Conmebol? ¿Y quién, desde la Conmebol, la fue recomendando, incluyendo a la AFA?
Tener como referente confiable al abogado Javier Medín es no haber leído, siquiera, la denuncia de Toviggino. Medín, hombre cuya palabra carece de honor, ex abogado de SOCMA, ha desmantelado el Departamento de Legales, un orgullo de la AFA. Para ello, contó con el apoyo de Armando Pérez, con quien hoy está incomunicado. Una pena. Un dislate. No sólo funcionaba muy eficiente y dignamente, sino que los costos de sus excelentes profesionales resultaban exiguos en la estructura administrativa de la AFA.
La AFA afronta 641 juicios. Resulta imposible calcular el volumen dinerario que ello significa. Adviértase que sólo la demanda del Grupo Clarín es por 800 millones de pesos y data del año 2009. Hoy con costas, intereses, daños y perjuicios, esa cifra debiera estar varias veces multiplicada. Calculemos que por todos los juicios la masa giraría alrededor de una base mínima de 4.500 millones de pesos. Pues bien, Javier Medín es socio del prestigioso estudio Alfaro Abogados. También lo es de Remaggi, Pico, Jessen y Asociados. Y de Elizalde y Asociados. Todos de primerísima línea. Ellos –todos o alguno o algunos- son los que ahora llevan los juicios de la AFA, cuyos honorarios regulados son del 20 por ciento. Por eso no deja de llamar la atención en los mentideros tribunalicios, la forma en que la AFA está allanando juicios con acuerdos no siempre recomendables para la Casa.
Está claro que Medín quiera quedarse en la AFA, ir a la Conmebol -recomendó a nuevos dirigentes argentinos irrepresentativos como Ricardo Gil Lavedra (Tinelli), Orlando Salvestrini (opositor a Angelici) y por fin Jorge Brito, vice de River Plate, sin objeciones.
La FIFA ya ha recibido tres fallos en contra de la Junta Interventora por parte del Tribunal de Disciplina. Los tres, indiscutibles. Los tres a favor del Estatuto que es como decir, la ley. Por caso no haber llamado a Asamblea Ordinaria en octubre de 2016 para aprobar la Memoria y Balance. Algo tan mínimo e institucionalmente obligatorio. No lo hizo. Haber proyectado un Estatuto para considerar. No lo hizo. Formar una Junta Electoral. No lo hizo. Ahora se anuncia desde Zurich que mañana enviará un proyecto de estatuto, que reemplazaría a uno anterior que la propia FIFA propuso y que fuera aceptado por la mayoría de los dirigentes argentinos en el Sheraton. Es el que no le gusta a D’Onofrio, Tinelli, Medín y al Gobierno… Pues bien, la idea de los 22 de Primera y 18 del resto como quieren ellos y algunos otros clubes, no será factible. Ni tampoco nada que se oponga a lo acordado por la Asamblea del 5 de enero de 2017 y legitimado en histórico fallo por el Tribunal de Disciplina de la AFA.
Si la FIFA no advierte que desoír el dictamen de los dos estamentos inalienables como la Asamblea y el Tribunal de Disciplina, resulta gravísimo institucionalmente, correrá el riesgo de tener que ir al Tribunal de Ética. Peor aún, deberá explicar en el Congreso de Bahrein (octubre próximo) al resto de las federaciones miembro cómo es que pasó por encima de los órganos soberanos.
La semana comenzada verá, «frente a frente», a los Queen y a Los Chalchaleros.
Los Queen cuentan con el respaldo de D’Onofrio, Tinelli, Russo (Lanús), Verón (Estudiantes), algunos otros presidentes en «gris» («Sí, pero no sé…»), otros que estaban en ese grupo y los espantó el discurso de D’Onofrio, quien encendidamente los degradó al enterarse de su nombramiento en FIFA. A los Queen los auspicia fuertemente el Gobierno con el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, como figura dominante. Intentarán mañana convocar a una Asamblea que se superponga a la Asamblea ya legitimada y generen mecanismos de confusión para la IGJ. Pedirán reformulación del estatuto y después la elección a presidente. Su candidato, si todo les saliera bien, es Marcelo Tinelli.
Los Chalchaleros cuentan con el respaldo de la ley –antes que nada–. No están en contra del Gobierno, pues Daniel Angelici será su factótum. Tienen el apoyo del Interior, del Ascenso Metropolitano, de la Primera B Nacional y de varios clubes de Primera como Newell’s, Central, Gimnasia y Esgrima La Plata, Colón, Arsenal, Unión, Olimpo y a los «grandes» Boca, Independiente y Racing. Este grupo «vernáculo» enfrentado con los interventores, aspira a elegir a su presidente y atender luego todos los temas de manera institucional. Su candidato es Claudio Tapia.
En esta época de festivales, «Los Chalchaleros» suenan fuerte, bien y afinadamente.