Algunos medios locales incluído el oficial, están poco dispuestos a escribir dando cuenta de las nuevas realidades, principalmente cuando se referieren a mujeres que desempeñan cargos de relevancia institucional. El periodismo, se sabe, usa el lenguaje, la palabra bien como un obstáculo o bien como un reconocimiento al hecho que una mujer tenga poder.

Aunque en Chacabuco los funcionarios que toman decisiones políticas son (en su gran mayoría) todos hombres, o varones, eso no sucede en el Concejo Deliberante donde su conformación está guiada por la paridad de géneros. La ley asegura que las mujeres ocupen la mitad de las bancas, lo que si bien no es la mitad del poder, asegura el punto de partida para empezar a cuestionar la perspectiva única que los hombres siempre le imprimen a los asuntos públicos.

Si un periodista escribe concejal para referirse a una concejala esto debe considerarse un caso de discriminación ya que si la lengua lo permite no puede invisibilizarse a la mujer refiriéndose a ella como «concejal».

Esta semana la concejala, Ana Rodrigo, tendrá a su cargo una nueva sesión del Concejo Deliberante: como vicepresidenta primera le corresponde ser presidenta («ta») del honorable cuerpo mientras se recupera el presidente titular, el concejal Lisandro Herrera que padeció la CoVId. Y según parece, no todos están de acuerdo en que se escriba «presidenta» ni «concejala».

Tal vez sea para evitar inscribirse en una tradición política que inauguró innegablemente Cristina Kirchner, la primera mujer en ostentar el máximo cargo político en la historia argentina.

Como comentó alguien a este medio: «ni imaginarse lo que sería para algunos tener que escribir que una mujer sea intenden-ta».

Si tiene dudas, la o lo invitamos a consultar el «Manual pedagógico sobre el uso del lenguaje inclusivo y no sexista» que ha publicado el Mercosur.