Todos los 24 de agosto se celebra el Día del Lector en homenaje al natalicio de Jorge Luis Borges, el profuso y polémico escritor argentino. Su obra incluye cuentos, novelas y poesías donde creó un estilo que lo hizo único.

La Posta entrevistó a la Profesora Luciana Pérez como homenaje a Borges, donde habla sobre el valor literario de su obra, su personalidad y recomienda algunas lecturas, aunque «es difícil elegir», dice.

-¿Qué valor tiene hoy la obra de Jorge Luis Borges vista retrospectivamente?
Borges junto a la profesora Nilda Flawiá y el escritor Ezequiel de Olaso en San Javier, Tucumán- Fuente: La Gaceta

-Hay muchísimos escritores renombrados en la Argentina y cada uno con  su estilo y  forma decir, de contar y de sentir a través de las palabras. En este sentido Borges es la excelencia.

El valor de la obra de Borges radica, desde mi punto de vista, en la genialidad de su escritura y la creatividad a la hora compartir sus mundos ficcionales en donde la Filosofía, la Mitología, el tango, los laberintos, la Cabalá, Buenos Aires, el ajedrez, el truco y la ciencia entre otros, aparecen para deslumbrarnos y hacernos pensar.

La obra de este autor está compuesta también, por ensayos que hablan de obras literarias de todas partes del mundo así como también, de la Argentina como lo es Martín Fierro de J. Hernández.

Se ocupó de estudiar el Idioma de los Argentinos, la poesía gauchesca y debatir sobre la tradición Argentina y su influencia  con las tradiciones europeas. Sus ensayos fueron y son objeto de lectura de estudiantes y teóricos literarios hoy en día.

-¿Qué significa Borges en la literatura argentina?

-Bueno, Borges a la largo de la historia ha sido odiado por muchos de sus colegas y vanagloriado por otros. Pero yo celebro que Borges sea Argentino, sabía hablar varios idiomas y eligió escribir en el nuestro porque él era nuestro con todas sus controversias.

Borges en la literatura Argentina es la ruptura, el correrse de Lugones, e incursionar en la vanguardia como un modo de vida rodeado de intelectuales como Victoria Ocampo, Oliverio Girondo y Raúl González Tuñón entre otros. Junto a estos escritores formó parte de un grupo de intelectuales denominado Grupo Florida o Martín Fierro este último nombre era atribuído a la revista literaria Martín Fierro donde ellos publicaban.

El objetivo de los martinfierristas era la innovación del arte a partir de la  forma. Este grupo no concebía la utilización de la literatura y el arte como un modo de denuncia ante las injusticias sociales. Esto último es una de las tantas cosas que se le cuestionan a Borges y también a los martinfierristas.

-Borges es un escritor que despierta ánimos encontrados ¿Se puede decir que es un escritor polémico? ¿A qué se debe esta característica?

Borges fue un ser singular con capacidades intelectuales extraordinarias. Era un escritor polémico porque poner en discusión temas, obras e ideas (que tan fehacientemente se sostenía como “real y verdadero”), sospecho, le fascinaba.

Borges cambia el final del Martín Fierro porque el personaje de Fierro según su lógica no debía terminar de esa manera, humaniza a un minotauro porque a lo largo de la historia mundial de la literatura se encargaron de mostrar más el lado salvaje del minotauro que el lado humano que este poseía por ser hijo de una reina humana.

Una de las relaciones literarias de Borges fue con el tango
-Si tuvieras que recomendar algo al público para que lea Borges ¿qué y por qué?

-Los cuentos policiales de Borges. Todos. El libro de los seres imaginarios para los más jóvenes. Ficciones y El Aleph… Es muy difícil elegir. «La casa de Asterión»  es una de las obras que recomendaría. Asterión es el nombre humano del Minotauro. Este cuenta en primera persona cómo es su vida dentro de un laberinto infinito, en la más absoluta soledad donde expone, en varias oportunidades,  que él no odia al ser humano sino que este lo aborrece solo por ser distinto.

Estos relatos breves, exigen que el lector deje de lado el celular y las distracciones y pulse “ON” dándole entrada a la imaginación para poder mirar, oler, escuchar, oír y sentir  los mundos ficcionales de Borges. La literatura de este autor sacude completamente las estructuras del sentir y enseña, entre otras cosas, que el trabajo de quien se enfrenta al desafío de leer las maravillas de Borges no acaba cuando se llega al punto final.