Debido a la pandemia de coronavirus gran parte de la comunidad debe permanecer dentro de sus hogares para preservar su salud y la de quienes lo rodean. Por esto, y ante la imposibilidad de salir, nuestras rutinas diarias se vieron completamente modificadas. 

Nadie desconoce que en muchos casos este aislamiento se vive con angustia, inseguridades o padecimientos, no menores, todos consecuencias del encerramiento y cómo afecta la salud mental.

Buscar actividades y alternativas es una buena posibilidad. Nosotros te invitamos a estimular la imaginación, viajar con la mente y enriquecernos en el aislamiento, compartiendo lecturas.

Cada viernes les compartiremos reseñas enviadas por lectores o invitados sobre obras, autores y libros que leyeron y quieran compartir.


Las sucesoras, de cicutas y rosas, Susana Masci

Escribe: Susana Masci – Escritora. Docente. Exinspectora de Educación Especial.

En el contexto de la pandemia COVID 19 he sido invitada a participar de diferentes actividades literarias como miembro de la SADE  -Sociedad Argentina de Escritores FILIAL Chivilcoy. Entre ellas dentro del ámbito local, me he sumado con lecturas de tipo virtual en la Semana del Libro respondiendo al convite de la Biblioteca Municipal Leopoldo Marechal, y he participado en la fecha inaugural de la ronda de lecturas de transmisión en vivo, organizada por la Dirección de Cultura Chacabuco.

En esta oportunidad adhiero bajo la consigna propuesta por La Posta #Leyendo en casa, para llevar a los lectores una reflexión sobre la novela Las sucesoras, de cicutas y rosas de mi autoría en relación al siguiente párrafo que se encuentra en la página 24:

«El panorama fuera de la enfermería era desastroso. Hombres caídos, heridos o muertos. Griteríos y lamentos, llantos y quejas. Las voces guturales ganaban el espacio. La lengua completamente desconocida era cada vez más audible. Las filas de los prisioneros eran pobres. Los que estaban de pie y enteros eran pocos. Y estaban siendo rodeados por el enemigo…«

Este pasaje está escenificado en Italia, durante la primera guerra mundial que después del armisticio pactado en el vagón de un tren en los bosques de Compiegne, dejaría como saldo millones de muertos, lisiados, viudas y huérfanos.

La historia de la humanidad ha sido atravesada por las contiendas más atroces, siendo la segunda guerra mundial otro devastador tsunami que se llevó otras tantas miles de vidas. 

Y en el imaginario universal indeseado han figurado multiplicidad de eventuales formas de una tercera conflagración.

¡Fue una pandemia! La que el mundo no esperaba a finales de 2019, la que agazapada y escondida en un virus letal, se expandió sobre la tierra para mostrarnos cuan pequeños somos, cuan vulnerables y cuanto nos queda por aprender. 

Por mi parte si algo puedo agradecer en medio de tanta tragedia, es saber que somos muchos, -miles los que unimos las manos para cuidarnos y cuidar al prójimo.

Y es aquí donde la cultura en todas sus formas de expresión nos trasciende, acercándonos al otro desde una pintura, una escultura, una canción, un libro, tanto como cuando compartimos con otros nuestro pan.

Inexorablemente “mientras el mundo sea mundo” como diría mi padre, habrán de coexistir el bien y el mal, la paz y la guerra, la solidaridad y la avaricia.

Y citando las palabras finales de mi novela, parafraseando este artículo, “Las rosas en los jardines perfumaban el lugar. Lejos en el Convento de Nuestra Señora del Huerto, escondida entre las rosadas madreselvas, una cicuta rebelde parecía retoñar”.


Te invitamos a que leas las anteriores recomendaciones: #LeyendoEnCasa


Si querés participar de #LeyendoEnCasa presentando un libro contactanos a lapostachacabuco@gmail.com