El día de ayer fue uno de esos agitados periodísticamente. Macri y Vidal, que habían anunciado hace poco tiempo su visita a Junín para la inauguración del Sistema de Transporte Urbano, sorprendieron cuando incluyeron en el itinerario un paso previo por la localidad de O’higgins.

Durante la actividad visitó a unos vecinos y la fábrica de galletitas de café que funciona en la localidad. Pero el intendente municipal Víctor Aiola no participó de la visita ni del acto en Junín, por lo que la especulación fue que Macri y Vidal están molestos con el intendente, quien fue uno de los principales dirigentes que presionó para que Daniel Salvador siga siendo el vicegobernador de la provincia.

En favor de Aiola habría que decir, que Macri cada vez menos estila actos masivos (cualquier multitud es para el macrismo una fuente de problemas) y en ellos suele invitar solo al intendente local, como sucedió ayer en Junín. Lo extraño sigue siendo que no haya sido invitado a O’higgins.

La Secretaría de Prensa, que ayer se desayunó con la visita de Macri a O’higgins no emitió comunicado alguno sobre el tema. La prensa nacional, que se hizo rápido eco del tema, dijo que Macri no lo invitó a Aiola debido a las desaveniencias políticas entre el PRO y la UCR dentro de la alianza Cambiemos.

Pero Aiola, dicen, permanece tranquilo, confiado en que su intención de voto es el doble que la del presidente. Según entienden desde el entorno del intendente, cuanto más crítica sea la relación de Macri o Vidal con Aiola, mayor es la capacidad para retener los votos de quienes critican a Macri.

Es decir, que esto podría «despegar» a Aiola de Macri (fundamentalmente de su mala imagen) y beneficiarlo electoralmente. Pero tampoco tanto. Si Cambiemos continuara con la UCR dentro, ese escenario sería letal para el intendente, ya que finalmente terminaría por aparecer en la boleta con Macri. Imposible despegarse, a no ser que se aliente el corte de boleta.

En Junín

Otro análisis que se realizó es que esto perjudica a Aiola hacia dentro de Cambiemos. El intendente de Chacabuco mantiene casi desde el inicio de la gestión una ¿distancia? prudencial de su par de Junín, Pablo Petrecca, con quien no comparte modalidades políticas.

Esa relación que viene tensa desde hace rato, terminó por cuajar ayer cuando el mandatario ancional y la gobernadora inclinaron la balanza a favor de Petrecca, más orgánico y un defensor de la gestión Cambiemos, no así valoran a Aiola.