Diez días atrás, un grupo de jóvenes asesinó brutalmente a Fernando Báez Sosa, de 19 años, a la salida de un boliche en Villa Gesell. Hasta el momento, se realizaron ruedas de reconocimiento y siete de los agresores fueron reconocidos de manera precisa por los testigos. En la madrugada de hoy, fueron trasladados al penal de Dolores.

Fernando Burlando, abogado de la familia de la víctima detalló que además, ya se pudieron precisar los roles de cada uno de los imputados y que las declaraciones de los testigos fueron claves para darle claridad a lo que inicialmente aparecía como confuso, ya que había gran cantidad de participantes.

«Lo único que le interesa tanto al papá como a la mamá de Fernando es justicia, y justicia es la verdad» relató Burlando a la prensa. Paralelamente, la novia de Fernando, Julieta Rossi encabezó días atrás una sentada pacífica junto a amigos y familiares para pedir justicia por el asesinato de su novio.

En diálogo con el programa televisivo Crónicas de la tarde, Julieta expresó conmovida que lo único que pretenden es que se siga pidiendo justicia, no venganza, «pero justicia bien, como se tiene que encargar el poder, ¿no? Porque vi mucha gente violenta últimamente en las redes o en la televisión , que pedían que a estos diez chicos les pegaran o los violaran adentro de la cárcel».

No es lo que se quiere, aseguró, al tiempo que agregó «es igual de inhumano que lo que le hicieron a Fer pedir que les hagan eso. Me parece horrible«. Manifestó que su familia y amigos están siempre acompañándola a colgar carteles, ya que desde su lugar es lo que pueden hacer. «Si me tengo que quedar en mi casa sin hacer nada, me muero.»

Respecto a los padres de Fernando, aseguró que «están como pueden», ya que era su único hijo, «la única persona que tenían en su casa, la que esperaban con la comida todos los días, la que saludaban antes de ir a dormir, y ahora ya no está«.

Para concluir, Julieta expresó que lo que vivió no le puede pasar a otra persona, y «no se le deseo a nadie», ya sea el estar en el lugar de la víctima o en el de los familiares al perder a alguien.

«Las personas tienen que tomar conciencia, lo que le hicieron a él fue animal» concluyó.