El resultado electoral para Chacabuco, que consagró a Aiola como intendente por segunda vez, parece no ser tan concluyente como busca mostrarlo el jefe comunal.

Si bien en el plano local Aiola mantuvo votos y logró crecer con nuevos votantes para llegar a los 18 mil votos, el triunfo en Chacabuco de Axel Kicillof y Alberto Fernández parece ser un límite a la hora de pensar el futuro político de la ciudad.

Un gobernador peronista y un presidente también de ese signo condicionaran desde varios aspectos al intendente luego del 10 de diciembre.

Por ello la urgencia del oficialismo local es lograr trabar relaciones con el nuevo esquema de poder. Al cabo, Aiola ha sido el más peronista de los intendentes radicales de Chacabuco.

En este sentido, el municipio depende directamente de la provincia y la nación para hacer frente a sus compromisos económicos. Esta restricción es una de las principales preocupaciones ya que pagar los sueldos de diciembre dependerá de la buena voluntad provincial o nacional.

Pero el esquema económico de la provincia tampoco es satisfactorio. Vidal deja números en rojos no solo en la administración provincial, sino también, y a razón de ello, en los municipios.

También es cierto que el rojo en los números se debe en parte a la campaña política que terminó. Millones destinados a comunicación: otro hito de Aiola.

Otra restricción para el gobierno de Aiola serán los cargos que pierda en la propia ciudad que son designados por la provincia y la nación. No hay dudas que irán a manos de la oposición.

Así sucederá en el PAMI local, que actualmente conduce Tomás Yaber; con la ANSES actualmente conducida por Fernando Nanni; y con la jefatura de IOMA que recientemente propusieron un reemplazo que no fue aceptado por el cambio de gobierno.

Pero también sucederá con otros dos lugares claves. El primero es la Jefatura Distrital de Educación, que conduce actualmente la hermana del intendente, María del Valle Aiola y que es designado por el propio ministro de Educación provincial, cargo que podría ocupar Federico Thea, designado por Kicillof como parte del equipo de transición y que se desempeña como rector de la Universidad de José C. Paz.

El segundo es la dirección de la Región Sanitaria III que actualmente conduce Romina Sclavi, médica pediatra y esposa del intendente. Ese cargo también es designado a nivel provincial, por lo que llegará allí un dirigente del peronismo de la cuarta sección.

El anverso de la cuestión es quién colocará los nombres en esos casilleros que dejarán de ocupar referentes de Aiola. El peronismo ya mantiene una pelea sin cuartel desde el día cero. La misma noche de las elecciones ya se proponían arquitecturas con el objetivo de quedarse en los cargos. El clima todavía continúa.

Ni tan tan ni ton-tón.