Luego de lo sucedido en Brasil, ayer, los militantes del PT se dieron cita en San Pablo en un marcha para dar apoyo a Lula luego de la caída de las dos cautelares que le impedían asumir como Jefe de Gabinete. Lula habló ante la multitud que fue más de la esperaba, y que sirvió de mensaje a la oposición, segpun el propio Da Silva “No habrá Golpe”. Que agregó: “El martes le voy a llevar a Dilma una foto de este acto para que ella sepa que acá, en San Pablo, hay mucha gente queriendo que ella gobierne este país, que no va a haber golpe”, dijo Lula al cerrar su discurso.

En su discurso habló contra quienes pretenden desconocer el voto del pueblo intentando dar un golpe judicial al gobierno de Dilma, al señalar que “democracia es acatar el resultado del voto de la mayoría del pueblo brasileño”.

Recordó también que “perdí las elecciones de 1989, 1994 y 1998 y en ningún momento salí a la calle a protestar contra el que ganó… ahora ellos creyeron que iban a ganar (en 2014), no imaginaron que Dilma les ganaría en la segunda vuelta, y allí ellos, que se dicen tan educados, no aceptaron la derrota, y hace un año y tres meses que están obstruyendo a Dilma”.

Antes que Lula había hecho uso de la palabra Vagner Freitas, presidente de la Central única de los Trabajadores quien hizo alusión a la intervención de llamadas ordenada por el juez Moro, acción que deja lugar a sospechas por la falta de órdenes de estamentos superiores del Poder Judicial, ya que la llamada intervenida era de la Presidenta. “Moro pinchó la democracia cuando invadió a la presidenta Dilma. Moro tiene que ser castigado, pero nosotros decimos desde acá: golpistas, no pasarán”, bramó Freitas, refrendado por el público casi unánimemente vestido de rojo.

Por la mañana Dilma había embestido contra las acciones ilegales del juez.

“En muchos lugares del mundo quien pincha (las llamadas de) un presidente va preso, si no tiene autorización de la Corte Suprema… Pinchen (el teléfono) del presidente de Estados Unidos para ver lo que pasa”, remató Dilma.