La llegada del verano y las altas temperaturas ponen nuestro cuerpo a prueba, obligándonos a hidratarnos mejor y a cambiar algunos hábitos. También es la época en que muchos, preocupados por su silueta o su aspecto, inician dietas para tratar de bajar algo de peso.

La Posta entrevistó a la nutricionista Alejandra Dell’Oso, quien dio recomendaciones para hidratarse y alimentarse en verano y fundamentalmente ante las altas temperaturas. Alejandra explica que siempre es mejor elección inclinarse por los alimentos naturales y el uso de la producción en casa con huertas «y tener nuestras propias hortalizas, nuestras propias especias para la comida, que tienen todo el potencial vitamínico y mineral por prepararlo en casa». Asimismo consideró que el uso del huevo «tiene mala prensa»: «es un alimento muy valioso y muy económico, que se puede utilizar perfectamente en todas las edades y en todas las preparaciones».

-¿Qué consejos podés darnos a la hora de alimentarnos?

-Los consejos tienen que ver con todas las etapas de la vida, yo tengo mucha experiencia en la primer etapa, en todo lo que es el embarazo, la lactancia, los niños pequeños, los niños mayores y adolescentes. Si bien uno a lo largo de la vida ha incursionado en todas las etapas, lo que más preocupa es sobre todo los extremos, los más chiquitos y los mayores que son los más vulnerables. A la hora de estos grandes cambios de temperaturas, sobre todo ahora con temperaturas tan elevadas, por supuesto que la recomendación para los más chiquitos siempre es en mantener la lactancia. La lactancia materna sería lo ideal. Cuando no se puede sostener, hay que tener algún sucedáneo, que lo tiene que indicar el médico pediatra, y no tiene que ser leche de vaca en los menores de 2 años, si no una fórmula adecuada. En cuanto al resto de los alimentos que se incorporan a partir de los 6 meses de edad, dar mucha importancia a los que tienen mayor contenido en agua, vitaminas y minerales, es decir, vegetales y frutas. Muchas veces las mamás se van a quejar ‘qué difícil que es cumplir con esto’, como introducir vegetales y frutas sobre todo en los más chiquitos o en los más grandes también y en los adolescentes. Pasa mucho, de mi punto de vista como mama también, por los hábitos que tenemos nosotros los grandes en casa. Los chicos se acostumbran desde muy pequeños, cuanto más variada es la alimentación, cuanto más cantidad y variedad y texturas y sabores y colores incorporan de pequeños, más posibilidades hay después que acepten todo tipo de alimentos. Si bien en alguna etapa pueden rechazar alguno, esto es normal, si desde chiquititos les dimos de todo lo más probable que de grandes coman de todo. Eso como hábito. ¿Cómo introducir vegetales y frutas cuando hace mucho calor? Recurrir a todo lo que es de estación, no utilizar tanto congelados por el costo y por el valor nutricional. Y si tenemos huerta en casa, mucho mejor. Frutas y verduras fundamental. No recargar demasiado durante el día con alimentos de alta densidad calórica: grasas, azúcares, refinados. Eso es muy importante, yo desaconsejaría, sobre todo en esta ola de calor, el uso de todo lo que es alimento de copetín, que son altos en grasas y cloruro de sodio, y golosinas, así como todo lo que tiene que ver con quioscos. Bebidas azucaradas reemplazarlas siempre por agua. Por supuesto, el contenido de agua de los alimentos más el agua que se incorpora en las bebidas, infusiones. En los más pequeños sirve la leche adecuada a la etapa, yogures, licuados para introducir frutas y verduras. La sopa a veces lo vemos como el cuco, pensamos que la sopa solamente en tiempos de invierno. No es así, los caldos se pueden utilizar fríos o tibios. Todo tipo de infusiones, endulzadas con miel si no hay sobre peso. ¿Con qué acompañamos? Con alimentos de alta calidad, sobre todo huevos y carnes magras. Las más magras: pollos y pescados, vacuno y cerdo sin grasas. Y no derivados: porque en general vienen con acompañantes de saborizantes, conservantes, colorantes y suelen tener grasas muy malas y agregados de sal, que no es favorable para la salud.

-¿Es lo mimo hidratarse con agua que con jugo, con algún exprimido?

-La hidratación: cuando yo tengo una tendencia al sobrepeso y estoy tratando de cuidarme después de las fiestas, tiene que ser con agua, frutas y verduras. No hay otra. Si yo incorporo jugos exprimidos, por ejemplo, estoy incorporando muchas calorías porque el azúcar de la fruta pasa al jugo y vamos a estar más tiempo con sensación de no tener hambre, por ejemplo, si la comemos a la fruta, si la masticamos a la fruta, que si la hacemos juguito y la tomamos en un vaso. No es aconsejable el juguito por el tema del peso. Y en los niños abusar de jugos no es aconsejable -hablo de jugos naturales hechos en casa -no de jugos comprados con colorantes-. ¿Por qué? Porque también en los niños puede ser que el exceso de jugo traiga problemas en los dientes y también altere el apetito. Los que tienen bajo peso necesitan comer cada 2 – 3 horas porque comen muy poquito, y los adultos que tenemos tendencia a sobrepeso o niños que ya tienen un poquito de sobrepeso también es mejor que coman la fruta y no tomen el juguito. Lo mejor para hidratarse es que sean infusiones hechas con cáscaras de frutas, hechas con hojas. Tenemos un montón de variedades de té y otras que se pueden tomar frío o tibio. Lo mismo los caldos, lo mismo los tipos compotas que se pueden hacer con frutas. Esa sería la hidratación ideal: no agregar calorías, sino incorporar alimentos y el resto que sea a base de agua o agua saborizada natural, no comercial.

-En esta época mucha gente también intenta adelgazar y busca hacer dietas: ¿qué es recomendable y qué no a la hora de elegir una dieta?

-Yo no soy amiga de las dietas, prefiero siempre trabajar desde la educación, desde cómo alimentarme mejor, para que me sirva para toda la vida, y cómo moverme mejor, porque esas serían las claves. Si consumo demasiada densidad calórica y tengo tendencia a sobrepeso, voy a tener sobrepeso. Y, si no gasto energía haciendo actividad física o haciendo deporte, también voy a tener exceso de peso. Por lo tanto, ambas cosas son importantes. Alimentarnos bien en densidad calórica: es decir, los platos que son más engordantes, los que tienen más hidratos de carbono, agregados como azúcares y almidones con nada de indigerible -indigerible son las cascaras, semillas, hojas,  ensaladas-. El indigerible, obviamente no engorda porque es indigerible, y previene muchas enfermedades. También evitar los platos que son altos en grasas como el arroz o las pastas con agregados como manteca, crema, salsa, queso de rayar. Eso es todo altísimo en grasa saturadas y colesterol, y no es saludable para nada, tiene muchas calorías y, por lo tanto, atenta contra todo tipo de cuidado del peso corporal. ¿Conclusión? Alimentación de baja densidad energética. Platos en base a vegetales, frutas, oleaginosas, almendras, nueces y, en pequeñas cantidades, también semillas y legumbres que son de muy alta calidad nutricional, pero en pequeñas cantidades y siempre acompañados por ensaladas, platos de vegetales. Ahora tenemos en temporada variedades de zapallitos, con los que se pueden hacer verduras salteadas con un poquito de aceite, al wok, revueltos con huevos, pechuga de pollo, con pescado… como quieran. Eso no es una dieta, si no una forma de alimentarse que va acompañada de caminata, bicicleta, natación, el deporte, el baile que a mi más me guste. Eso para toda la vida, de 0 a 102 años. Mientras uno vive y el cuerpo lo permita, uno tiene que hacer actividad física y alimentarse saludablemente. Así podemos mantener un peso sano, no tanto por la estética sino por estar bien, por estar saludable.