El aumento de combustibles que había sido pactado a partir de este viernes 31 de mayo, fue suspendido por la Secretaría de Energía hasta el mes de julio.

El incremento postergado iba a ser de un peso en las naftas y 72 centavos en el diésel. El objetivo del Gobierno, según se informó, no solo es frenar la suba de los combustibles, «sino también evitar un nuevo impacto en el índice de inflación general«.

Aunque la estimación de las petroleras de aumentar entre un 3% y 4% sus precios por una actualización debido a la devaluación sigue vigente, se deslizó la posibilidad de que eso sea recién en el mes de julio. El atraso que dicen tener las empresas es de entre un 12% y 15%, que se iría aplicando gradualmente.

«Las petroleras iban a tomar el aumento del impuesto y le agregaban una parte del atraso. Ahora quedó solo esto último, pero ninguna empresa lo confirmó. Por parte de las petroleras el incremento puede ser en cualquier momento, cualquier día«, dijo Gabriel Bornoroni, presidente de la Federación de Expendedores de Combustibles y Afines del Centro de la República Argentina (Fecac).