Tras lo sucedido el 31 de diciembre, madrugada del 1 de enero de 2018, en el local bailable Terapia, cuando a Lucas Pérez se le prohibió el ingreso pese a tener la entrada correspondiente en sus mano, La Posta quiso entrevistar a autoridades municipales para que expliquen su postura acerca de lo sucedido.

Luego de un largo derrotero de responsabilidades, La Posta logró entrevistar a Lara Molina Vidal, colaboradora de la oficina de Derechos Homanos del municipio y responsable designada por las autoridades para tratar el tema.

La responsable interina del área contó que hubo dos casos, el de Lucas y otro más en el mismo local bailable.

Caso de Lucas Pérez

«Como denuncia oficial, no ha venido ninguna de las partes a denunciar nada. Sí, cuando nos enteramos de esto, fue el 2 a la noche, las autoridades del municipio se comunicaron conmigo para ver si yo tomé cartas en el asunto. Averigüé qué había pasado y me interioricé para solucionar cualquier tema, ya sea por discriminación o no. Al momento no sabíamos qué había pasado realmente, entonces al otro día lo primero que hice fue comunicarme con Lucas Pérez y con diego Cuozzo. Más que nada atender ese tema, solucioné el tema ese, fue un error. Diego salió hablando en otros medios, tratando de explicar la postura y tratando de explicar qué fue el error que cometió. Él cometió el error, pidió disculpas y me parece que es bastante bueno de su parte que pida disculpas. Más sabiendo que cometió un error en un momento, un 31 a la noche donde cualquier tipo de boliche está apestado de gente. Tenés gente que viene siempre porque vive en la ciudad, gente que viene de afuera porque está estudiando afuera. Pasa acá en esta ciudad como pasa en cualquier otra. Entonces, a veces los sistemas de seguridad se ponen un poco más rigurosos. Simplemente para resguardar la seguridad de las personas que van siempre y puede llegar a cometer errores como el que cometió Diego, del cual se arrepintió. Tomó esa postura de pedir disculpas y personalmente me dijo que fuese a hablar con Lucas y le dijera que fuera en cualquier momento, lo hizo públicamente. Fui a hablar con Lucas, Lucas está bien anímicamente, más allá de haber pasado ese momento medio engorroso, pero en este momento no quiere volver a Terapia, tiene otras opciones para salir. Pero no se incurrió en una cuestión discriminatoria por su discapacidad en sí, así que bueno consideré que medianamente el tema estaba bastante resuelto».

Otro caso

«Después ese mismo día el 3, acá en la oficina, viene Belén Yanetti para hablarme sobre otra persona que se había sentido discriminada por su sexualidad o su género auto percibido. Es una chica que la trataron de varón. No vamos a dar nombre porque ella quiere preservar su identidad. Hablé con Diego (Cuozzo) sobre ese caso y me dio las explicaciones pertinentes. La chica tiene conductas que no son propias del trato social con la gente. Cuando vas a un lugar que es público y hay tanta gente, sabes que tenés que comportarte de cierta manera y, por ejemplo, no tenés que ser violento, tenés que respetar al otro también para que te respeten. No es que se la dejó afuera o que Diego Cuozzo no le permitió la entrada por una cuestión de su género. No, porque de hecho ese mismo 31 había mucha gente homosexual adentro del boliche», explicó la funcionaria.

«Si vos estás dentro del boliche y tu comportamiento no es el adecuado como para seguir permaneciendo, el dueño del boliche, tiene el derecho si quiere de decirte que te retires del lugar, porque vos sos violento o porque tuviste alguna actitud que no condice con la paz que tiene que haber en el lugar», continuó.  «Entonces yo consideré, conociendo el caso, porque lo conozco a fondo, que Diego no había incurrido en un delito de discriminación, sino que lo que había hecho era procurar la integridad física o la integridad de otras personas. Conociendo el caso tengo que decir que Diego hizo lo que tenía que hacer», sostuvo quien fuera designada para tratar en estos temas.

Una evaluación

«Entonces yo no puedo ir y hacerle o generarle una demanda o una denuncia a Diego Cuozzo o cualquier dueño de boliche porque me llamó la atención porque no le permitieron entrar a una persona violenta. ¿Se entiende? En el momento nosotros nos ocupamos de estos temas, porque enseguida salieron en las redes sociales y es nuestro deber ocuparnos sin esperar que vengan a denunciar o a demandar acá a la oficina. Lo real es que no vino nadie, fue la oficina que fue a las personas y a hablar con los actores de los problemas, para ver qué había pasado, para aclarar la situación. Yo considero que desde este punto de vista y desde este lado que estoy hoy, acá con Maximiliano Lancieri, con mi compañera Romina nos ocupamos del tema y llegamos a la conclusión que no hubo una discriminación por género en el caso de esta chica, ni discriminación por discapacidad en el caso de Lucas. Fueron dos caso aislados, fueron dos casos que sucedieron, uno tiene argumento, el otro quizás no tanto, como es el de Lucas. Diego en ese momento decidió y cometió el error de no dejarlo pasar, pero no por su discapacidad ni nada por el estilo. Aparte Lucas no lleva un cartel pegado en la frente «soy discapacitado» o «tengo algún cierto grado de discapacidad». La verdad es que no es un chico que si lo ves decís «este chico sufre alguna discapacidad». Capaz que tenés que tratarlo un poco más para darte cuenta, pero no tiene un impedimento físico o algo que te demuestre a vos o a él como dueño del boliche. Si él quiso resguardar la seguridad del boliche y de la gente que va siempre al lugar, quizás cometió el error en el caso de Lucas. En el otro caso no».