Mónica Reynoso vive en Chacabuco, provincia de Buenos Aires, tiene más de 50 años y busca a sus dos hermanas, a quien su mamá regaló siendo una de ellas una bebé. Aproximadamente en el año 1973 o 1974 en San Miguel, ciudad de la zona noroeste del Gran Buenos Aires.

Mónica tenía 8 años y cuenta que ella era quien atendía a sus hermanas, principalmente a la más pequeña a quien trataba como si fuera una muñeca, llevándola para todos lados consigo.

Una noche su madre entró a su habitación, se la pidió y la entregó: «Cuando entró volvió con las manos vacías. Me quedé muy mal y lloré toda la noche, sentí que me arrancaban algo. Nunca más lo recuperé». Pasados todos estos años ella quiere lograr reencontrarse.

Mónica siendo pequeña participaba de una iglesia evangélica ubicada en el barrio que paso parte de su infancia, el Barrio Mitre del partido de San Miguel, de donde surge el único dato que posee. Su madre le contó muchos años después que un matrimonio de personas evangelistas la contactaron, aparentemente por haberla visto a Mónica hacerse cargo de la niña, y acordaron la «adopción»: «yo no se si la regaló o si la vendió».

Tampoco conoce un nombre para denominar a sus hermanas ya que todas, incluida Mónica, nacieron en el hogar donde el marido de su madre oficiaba de partero con la ayuda de una vecina y por lo tanto no fueron inscriptas en el registro civil. Yo, dice Mónica, «fui un NN hasta los 15 años que vine a parar a Chacabuco porque me trajo una hermana y acá hice todos los trámites».

Los intentos por buscar a sus hermanas se remontan a la época del programa «Gente que busca Gente» que conducía Franco Bagnato. Ahora dice, quiere saber qué ha sido de la vida de esa hermana que no puede olvidar.

Sobre la otra bebé es aún más imprecisa la información, y por tanto, más difícil de poder ubicarla: «no recuerdo bien pero vagamente creo que la entregó en otro lado. Viajó en colectivo. Ella (su madre) era de ir mucho a Hurlingam, Don Torcuato que el marido por ahí tenía una casa«.

Mónica cree que puede encontrar a esa hermana: «esa muñeca que hoy debe ser una señora, espero que haya tenido una buena vida, que haya sido feliz».