La Posta entrevistó a Bruno Feroldi a raíz del despido repentino y sin justa causa que recibió en la Escuela Secundaria Agrotécnica de Chacabuco, que depende de la Escuela Católica y el Arzobispado de Mercedes-Luján.
El caso relatado por Feroldi muestra las injusticias con que se manejan algunas personas que detentan el poder en instituciones religiosas financiadas enteramente con dinero público y que se comportan como empresas privadas.
Parece que desde el intenso debate que se vive en la sociedad argentina acerca de las prescripciones religiosas con los cuerpos de las mujeres o con la educación, han crecido algunos episodios en este tipo de escuelas que complican la tradicional posición que tuvieron hace años en nuestra comunidad.
Sobre este punto, en el último tiempo ha habido varios casos que se difundieron públicamente aunque no llegaron a los medios de comunicación. En uno de ellos, por ejemplo, una persona relató a La Posta la disconformidad de algunos padres acerca de la perspectiva con que se enseña en la escuela secundaria Educación Sexual Integral, algo que la jerarquía católica sigue sin aceptar aunque sea una ley y que enseña recortado, fragmentado o como le parezca.
Feroldi comentó en primera instancia que se trataba de un rumor y cuando consultó, el representante legal le respondió sobre la existencia del rumor que «me preocupe y mucho». «Me pareció lisa y llanamente una amenaza», expresó el ahora ex-preceptor.
Luego continuó contando, «me llegó una carta de despedido sin causa por expresa instrucciones del Arzobispado«. Y explicó que se comunicó con las autoridades del arzobispado, donde se le reconoció que hubo un «error técnico en la carta de despido» y que señalaron «no dimos ninguna instrucción expresa en tu despido, lo único que recibimos fue una llamada del representante legal del establecimiento», a quien Bruno acusa de hostigarlo y acosarlo.
Asimismo explicó que este representante legal no es el único que está en el establecimiento sino que son tres los representantes. «Esta persona en los años que trabajé ahí, siempre me acosó y me cuestionaba en privado cómo me vestía, si tomaba un café o un té», dijo.
«Tenía algo contra mi, no sé porqué. Me llevaba al patio a hablar en privado y me cuestionaba, me llevaba a la oficina del director y hacía salir al director para hablar en privado conmigo donde me criticaba y cuestionaba», expresó Feroldi.
Por otro lado, explicó que es comprensible la posición por ser autoridad del establecimiento, pero a su juicio «esta persona es autoritaria y no está bien». Sobre los otros dos representantes legales de la escuela contó a La Posta que lo trataron bien, «son personas con las que se puede hablar«.
Asimismo explicó «estamos preparando la denuncia», y que «la intención no es monetaria, sino que me den un motivo justificado y hacerles saber a los padres adónde llevan a sus hijos«, agregó.
Feroldi también confirmó que habrá una reunión con la curia que se está dilatando, aunque tarde o temprano se terminará llevando a cabo.
Y remarcó, «ya sé que no hay una razón lógica para mi despido, pero quiero que me digan cuál es la razón», y se preguntó porqué hay tantos cuidados con la persona que tomó la decisión a quien desde la jerarquía parecen «cuidar» y mucho.
«No son tiempos para estar sin trabajo por eso espero que el obispado tome cartas en el asunto, no puede ser que un representante legal haga y deshaga a su gusto y antojo pasando inclusive por encima de sus pares», finalizó.
No es la primera vez que el pelado lo hace en la escuela, pero la iglesia perdona a los curas violadores, a los autoritarios los aplaude