Apenas dos meses pasaron desde el día en que activistas de Greenpeace, caracterizados como ejecutivos de la empresa Barrick Gold, empujaron carrode minería con calaveras doradas hasta la puerta de la Casa Rosada. Simulaban estar haciendo actividades mineras sobre un glaciar. En aquella oportunidad, los manifestantes protestaban contra las políticas del gobierno de Mauricio Macri en el sector minero, denunciaron puntualmente la connivencia del Estado con la empresa en las actividades que esta realiza en la mina Veladero, en la provincia de San Juan, en la cual ya hubo al menos dos derrames de cianuro y otros metales pesados: fueron más de un millón de litros de agua cianurada en noviembre de 2015 y otro episodio de flagrante contaminación ambiental en septiembre de 2016.
Veladero es una mina a cielo abierto ubicada sobre un ambiente periglacial, por lo que su explotación minera viola la Ley 26.639, de protección de glaciares. Por eso las asociaciones ambientalistas piden el cierre de la mina Veladero.
Vale recordar que cuando ocurrió el derrame de 2016, la Cámara de Diputados de la Nación citó al ministro de Ambiente, Sergio Bergman, y al secretario de Minería, Daniel Meilán, para que dieran explicaciones a los legisladores sobre el suceso, ante la falta de controles que pudieran prevenirlo.
En días en donde la Región Pampeana sufre la calcinación de 800 mil hectáreas por diferentes incendios, y ante una tardía respuesta del gobierno nacional para socorrer a los damnificados de la zonas afectadas por el fuego, una nuevo dolor de cabeza aqueja al funcionario a cargo de la cartera de ambiental: un nuevo caso de contaminación de Barrick Gold, ahora en Pascua Lama, que destruyó un inmenso ambiente periglacial y está afectando un arroyo y un río con agua ácida. La denuncia fue publicada por el portal web Infobae, que accedió a los documentos que lo prueban.
Según cita el medio, archivos de la propia empresa minera demuestran un nuevo caso de daño ambiental en San Juan, más precisamente en el proyecto Pascua Lama, y si bien afirman que su explotación está frenada por la Justicia chilena por dañar dos glaciares, aún así provocó estragos en un río y un arroyo, y destruyó vegas.
En el marco del proyecto, la empresa multinacional con sede en Canadá, construyó un túnel de unos cuatro kilómetros con un diámetro de 6,5 metros de alto por 5,5 metros de ancho, para instalar una cinta transportadora que pudiera trasladar minerales desde Pascua hasta Lama. Pero el proyecto tiene localización geográfica en una zona periglacial, protegida por la ley de glaciares. La apertura de túnel facilitó el drenaje de entre 32 y 170 litros de agua por segundo, un flujo de agua con un grado de acidez 3, lo que provocó destrozos en la zona. Estos desastres ambientales constan en diferentes informes de la propia Barrick Gold, y de una consultora (Knight Piésold) que trabaja para la minera, como análisis de vegetación que evidencian una intoxicación con metales tales como cobre, hierro, manganeso, molibdeno y zinc.
Según el documento, la vegetación presenta “concentraciones tóxicas muy elevadas”, lo que “genera efectos fisiológicos letales en las plantas”, al tiempo que confiesan en el agua “una acidificación que se traduce en un aumento en la disponibilidad de algunos metales, tales como el Mn, Zn, Cu, Fe y Al”, que “se encuentran disponibles para ser absorbidos por las plantas”. Además, en relación a los padecimientos del suelo de las zonas afectadas, se concluyó que “el pH ácido afecta negativamente el desarrollo de la vegetación”. En resumen, los informes determinan que el impacto de estas actividades es de “intensidad alta”.
Consultados por Infobae, desde Barrick Golg dijeron que “las aguas que drenan del túnel Marcelo, en el proyecto Lama, son naturalmente ácidas, con un pH en torno de 2 a 3” y que “Barrick realiza el tratamiento de esas aguas, de manera tal que al momento de su descarga -en el río Turbio- las aguas cuentan con un pH ubicado en el rango de 5 a 8 -es decir, un nivel de acidez notablemente inferior” lo que “cumple con lo solicitado por las autoridades provinciales, que realizan inspecciones regularmente”.
Pero, pese a esta respuesta, los propios estudios de impacto ambiental de Barrick Gold afirman que el proyecto Pascua Lama viola la ley de glaciares.