El kilo de pan se venderá a 50 pesos, con un aumento de precio del 15 por ciento a partir del próximo lunes. En las panaderías aseguran que se debe a los nuevos aumentos de la harina y de los fletes. “Ahora, el precio promedio del kilo de pan es de 40 pesos, pero tenemos que llevarlo si o sí a un nivel más cercano a los 50 pesos. La situación es caótica. La industria panaderil está en pie de guerra, en asamblea permanente”, dijo Emilio Majori, el presidente de la Federación Industrial Panaderil de la provincia de Buenos Aires. En el sector analizan incluso un freno de la producción si el Gobierno sigue sin dar señales a los planteos de la industria.

La inflación, pese a que el macrismo insiste que será del 17 por ciento este año, viene aumentando a paso firme en las primeras semanas del 2017. El anuncio de la suba de 15 por ciento del pan, uno de los productos de consumo masivo de sectores vulnerables de la población, llega acompañado de otras remarcaciones. Panaderos explicaron que “la harina subirá en los próximos días un 12 por ciento y en abril volverá a incrementarse otro 10 por ciento. A eso se le suma el flete, cuyo precio depende de cada zona, y se encareció por el incremento de los combustibles”.

Los sindicados se manejan con una pauta de inflación superior al 2 por ciento mensual para febrero, marzo y abril, por el impacto de las tarifas de los servicios públicos, el cambio de temporada en el rubro textil y el inicio del ciclo lectivo. Además de haberse incrementado hasta 160 por ciento la luz, las empresas de gas están solicitando permiso para subir las tarifas 50 por ciento en promedio. Estos aumentos no sólo impactan en los hogares sino que elevan los costos de producción de la industria y los comercios y, por tanto, retroalimentan la inflación.

En el caso de panaderos, por ejemplo, Majori aseguró que “el sector está enfrentando un alza de al menos el 40 por ciento en los costos y una caída del 20 por ciento en las ventas”. Agregó que muchas panaderías están cerrando sus persianas porque no pueden sostener el negocio. En el partido bonaerense de San Martín, por caso, cerraron 17 panaderías en lo que va del año. La situación se replica en otras industrias, que van desde la rama electrónica hasta la actividad textil. Las medidas económicas del macrismo provocaron una caída notable del consumo, afectando la rentabilidad de los industriales y de los comercios que producen para el mercado interno.

“Hay comerciantes que hacen pan en un galpón con la persiana baja, sin empleados y sin pagar impuestos, y luego lo venden en los comercios de barrio y supermercados”, se quejó Mayori, quien aseguró que esta situación genera competencia desleal en un mercado disminuido. “Nosotros pagamos impuestos muy altos y mano de obra bien retribuida. El consumo se nos cae y hace un año que no aumentamos los precios. Así no podemos seguir. ¿Tenemos que pasarnos todos a la clandestinidad y no pagar más impuestos?”, se quejó el empresario bonaerense. Frente a esta situación, Majori anticipó que los panaderos analizan hacer un lock out para llamar la atención de las autoridades y le pidió al secretario de Comercio, Miguel Braun, que frene el avance clandestino porque “para las panaderías es imposible competir contra esos precios”.