Mientras ayer por la tarde la reunión convocada por el gobierno provincial para discutir paritarias fracasaba, los gremios nacionales establecían un paro de 48 horas para los días 6 y 7 de marzo en reclamo de la negativa del gobierno nacional a convocar paritarias federales.
El fracaso de las negociaciones provinciales en principio se debió a que el gobierno no buscó discutir el porcentaje de aumento, sino explicar porqué plantea un aumento del 18%.
La cuestión es que ese 18% está muy lejos de los que los gremios reclaman, aproximadamente un 35%, para recomponer la capacidad adquisitiva del salario y un aumento que no les haga perder frente a las expectativas inflacionarias de este año.
Por otro lado, sigue la discusión a nivel nacional frente a la negativa del Ministerio de Educación de la Nación de convocar a la paritaria federal. Según los gremios nacionales, no se comprende qué cambió del año pasado a este para que no sea convocado.
Para justificarse el gobierno dijo que los gobernadores pidieron que no se haga porque el establecimiento de un piso salarial uniforme para todo el país (uno de los objetivos de la paritaria nacional) les trae complicaciones para poder abonar la diferencia.
Sin embargo, los gobernadores salieron a desmentirlo señalando que necesitan que ello se haga ya que el porcentaje que se arregla a nivel nacional es lo que luego el gobierno nacional debe financiar a las provincias en caso de que no puedan abonar el incremento.
Frente a este escenario, se decidió un paro nacional para los días 6 y 7 de marzo, en tanto que para el 8 se prevé la adhesión al paro nacional de mujeres. La semana siguiente el cronograma de medidas de fuerza prevé jornadas de reflexión junto a los padres, y para la semana que le sigue una nueva medida de 48 horas.
Además Vidal ayer acusó a los gremios de estar «en acción de guerra» algo que los gremios salieron a cruzar. Sonia Alessio dijo «El año pasado, cuando el gobierno era el mismo, y los que estamos al frente de los gremios éramos también los mismos, las clases comenzaron normalmente, porque la paritaria nacional se hizo. ¿Qué hay de diferente este año? Eso es lo que deberían explicar”.
Alessio, de Ctera, cerró señalando “Creo que hay dos intenciones políticas: la primera es poner un techo a las negociaciones salariales de todos los trabajadores, usando como elemento disciplinador el conflicto docente. La segunda, grave, es dar marcha atrás con todas las políticas públicas que tienen que ver con el financiamiento educativo. Esto empezó con desarmar el Conectar Igualdad, la transferencia del Canal Encuentro, la decisión de desarmar las orquestas infantiles, el programa de educación sexual integral, el despido de los compañeros que trabajaban en la formación permanente de los docentes, la subejecución del presupuesto educativo, la entrega a las empresas del contenido de la educación técnica, la desaparición de lo que tenía que ver educación y derechos humanos. Esto es un programa que apunta a desresponsabilizar al Estado nacional no sólo de los sueldos, sino de todo el funcionamiento de la educación”.