Ayer en el Colegio Nacional (Escuela Media N°4) se produjo un hecho inédito seguido de algunas consecuencias poco amistosas. Parece ser que a raíz del paro de porteras que estaba anunciado, la escuela nacional se encontraba en pésimas condiciones de limpieza, algo que los alumnos vienen reclamando, incluso cuando no hay paro, es decir, que cuando todo el personal de limpieza asiste tampoco la institución está del todo limpia. Algunos que transitan la institución señalaron que la cantidad de porteras que tiene la institución no alcanza para asear semejante edificio.

Ante esta situación los alumnos comenzaron a levantar reclamos al entrar a la institución y rápidamente se pusieron de acuerdo, antes consultando a algunos profesores que se solidarizaron a tal situación evidente, y salieron al patio para negarse a dictar clases bajo esas condiciones. Algunos retrataron el panorama así «el piso estaba lleno de papeles de golosinas, de recortes, las mesas sucias, que antes se limpiaban y ahora no se limpian más, era un asco».

Pero eso no fue más que el principio. El problema más delicado se originó cuando una directiva maltrató a una docente al tomarla del brazo y empujarla ante la vista de los alumnos debido a que se negaba a dictar clases, además realizó a los propios alumnos fuertes advertencias con amenazas, a lo que los alumnos no transigieron y siguieron en su postura.

Con todos los alumnos en el patio y los ánimos de los profesores caldeados por el mal proceder de los directivos, éstos comenzaron a enfurecerse y a tratar por todos los medios de lograr que entren a las aulas, sin embargo la negativa seguía en pie. Algunos cuentan que los jóvenes se movilizaban a las puertas de las aulas pero no entraban, para luego volver al patio y así continuamente. Los directivos llegaron a calzarse guantes y trabajar ellos mismo en asear las instalaciones, sin embargo, no alcanzó porque los alumnos se siguieron negando por considerar que a quienes correspondía hacer el trabajo era al sector de limpieza y no a los directivos, «siempre que hubo paro no hubo clases porque la escuela iba a estar sucia» dijeron.

La negativa que no cedió en todo el transcurso del día y acarreó que no se den clases en todo el turno (transcurso en el que los jóvenes permanecieron en el patio) continuó una vez aseada en solidaridad con la docente agredida y con la medida que tomaron los porteros. Según los jóvenes los directivos habían pedido la intervención de los inspectores pero los mismos no se encontraban en la ciudad, por lo que se negaron o no pudieron trasladarse hasta Chacabuco.

El episodio da cuenta por un lado, de la situación edilicia que atraviesan las escuelas de la ciudad (el traslado de la escuela 26, el techo de la escuela 3), de los ánimos que reinan dentro de ella (recordemos el episodio sucedido en la Escuela Normal hace un tiempo) pero también ha servido para movilizar reclamos que vienen desde hace tiempo: puertas rotas, vidrios rotos, calefactores que no funcionan, falta de aseo, pésimo estado de los baños, todos reclamos de los que se quejaron los estudiantes con los que pudimos tomar contacto.

La situación culminó con reclamos de los docentes en los gremios correspondientes, de los que no se obtuvo pronunciamiento pero que seguro tomarán cartas en el asunto.