(Publicación Pedida PO)
La lucha por el aborto legal puso de manifiesto el papel fundamental de la Iglesia en el sometimiento de la mujer y en la sumisión de esta a la obligación de parir, privándolas de la libertad de decidir.
El rechazo por parte del Senado al proyecto de legalización del aborto despertó una gran indignación. Las semanas previas a la votación fuimos testigo de un lobby fenomenal por parte de la Iglesia que tuvo eco en legisladores de todos los bloques políticos.
La Iglesia Católica tomó un papel de liderazgo en la lucha contra el aborto con el propio sostenimiento del Estado. Usó de las escuelas que dirige con subsidios estatales, de sus emprendimientos económicos (como las clínicas privadas) y de su rol de religión oficial para imponer su concepción de la vida y la organización social, incurriendo para ello en amenazas y presiones dignas de una patota.
Hoy seguimos con una ley que empuja a la clandestinidad a las mujeres que no quieren continuar sus embarazos. Esa clandestinidad que no salva las dos vidas, sino que por el contario, se acaba de llevar la de Liz, una joven de 24 años que murió en la provincia de Buenos Aires.
Este dominio de la Iglesia sobre la “vida civil” está establecido en la constitución nacional y en las provinciales, en leyes y códigos, en la educación, en la salud. La persistencia de este dominio de la Iglesia a lo largo de los siglos responde a que actúa como garante del orden social existente, incluida su adaptación cuando ese orden cambia, pero siempre sobre la base de asistir “desde la espiritualidad” (para lo cual ha recurrido a las armas, la tortura y otras vejaciones) la dominación de una minoría sobre una mayoría explotada.
Pero la acción más intensa de la Iglesia como factor de control social se desarrolla sin ningún tipo de dudas en la educación.
Asistimos,hoy, al total derrumbe moral de una institución que ha monopolizado, distorcionado y lucrado con la «espiritualidad » humana, acusada a lo largo y a lo ancho del mundo de todo tipo de vejamenes sexual hacia sus «fieles».
Está planteada la necesidad de la separación de la Iglesia Católica y el Estado; un planteo elemental de la democracia burguesa que la burguesía no está dispuesta a llevar adelante porque entrañaría liberar al pueblo de una opresión “espiritual” totalmente funcional a los intereses de la explotación del hombre por el hombre.
Ya vimos su poder de fuego. Por ello te invitamos a sumarte a esta pelea.
Este sábado a las 14 hs nos encontramos para pintar un mural, charlar y asesorarnos sobre apostasia y organizarnos para continuar la lucha por el aborto legal y la separación de la Iglesia y el Estado.
Plenario de Trabajadoras. Partido Obrero Chacabuco