Nuevamente, Macri busca mostrarse peronista en el marco de la campaña electoral. Esta vez en el marco de un acto organizado por el Momo Venegas y con el sello de las 62 organizaciones peronistas.
Este episodio hace recordar a la campaña presidencial en la que el ahora presidente y entonces candidato a la presidencia inauguró en la capital argentina una estatua de Perón.
Parece ser que las intenciones de Macri es no regalarle el peronismo a la oposición. De esta manera, en el acto realizado en el microestadio de Ferro (a esta altura un lugar «cábala» para el macrismo) el presidente entre citas a Perón volvió a hacer de su discurso una fuerte afrenta electoral.
El tono del mensaje fue elevado y su final lo resume, cuando dirigiéndose a los sectores más opositores del sindicalismo gritó «¡No voy a permitir a ninguno que nos lleve por delante! ¡La Argentina es de todos los argentinos!».
La presencia del presidente, se decía, no estaba asegurada, sin embargo, a poco de comenzar el acto y mientras hacía uso de la palabra Venegas, el presidente ya se encontraba en el escenario junto a una importante comitiva compuesta por el jefe de gabinete de Ministros Marcos Peña y otros titulares de carteras: Jorge Triaca (Trabajo), Guillermo Dietrich (Transporte), Patricia Bullrich (Seguridad), Ricardo Buryaile (Agroindustria), Andrés Ibarra (Modernización) y Sergio Bergman (Ambiente).
Durante el discurso, de aproximadamente unos 15 minutos, Macri señaló «El trabajo nos ayuda a crecer, a progresar, nos da dignidad. Vamos a crear trabajo para todos los argentinos». Y sumó otras promesas como «bajar la inflación». También usó el micrófono para señalar los posibles beneficios de el pago a los fondos buitres.
Algunos tramos del discurso estuvieron marcados por un intento del presidente por conectarse con las no más de 4 mil personas que estaban en el acto, por ejemplo, al alentar el canto de «Si, se puede», al comentar el triunfo de Boca o cuando dijo «les hablé a Trump de ustedes«.
«Es un momento donde necesitamos que todos se sienten en una mesa y digan en qué pueden ayudar y no qué se pueden llevar. ¡No va más el país de la ventajita, de la patota, de los comportamientos mafiosos! No hay dueños de la Argentina. ¡La Argentina es de todos los argentinos! ¡No voy a permitir a ninguno que nos lleve por delante!», concluyó el presidente, quien no habló de los despidos ni de los cierres de fábricas.