La pasada semana se realizó en el recinto del Honorable Concejo Deliberante la charla denominada “El horizonte Formativo de lxs docentes”, organizada por el Foro en Defensa de la Educación Pública de Chacabuco y que estuvo a cargo de la licenciada Verónica Piovani.
Piovani es docente de la Universidad de La Plata, y fue directora del INFOD (Instituto Nacional de Formación Docente) que nuclea a 1.800 institutos de todo el país. Invitada a participar de una charla, realizó un análisis de la situación que esta atravesando la educación pública argentina y planteó algunos ejes para pensarla de cara al futuro.
Aquí la entrevista pública que mantuvo con los medios de comunicación previo a su charla, donde agradeció al Foro en Defensa de la Educación y felicitó porque «se encuentran hermanados y están unidos por un objetivo común que es la defensa de la educación pública. En un momento en el que tristemente en nuestro país estamos viendo un avallasamiento permanente sobre la educación publica».
Según explicó, su intención «tiene que ver con intentar desmontar o desmalezar un poco un campo que aparece bastante confuso y que para muchos docentes algunas de las decisiones que se fueron tomando los han agarrado por sorpresa generando cierto estupor, y ha tenido un momento bisagra que fue la muerte de 2 trabajadores; una docente y un trabajador de la educación en la escuela 49 de Moreno».
El inventario, explicó Piovani, de las malas noticias en materia educativa es larguísimo. «Esto ha generado una enorme preocupación y la intención de la charla, de las conferencias y del momento de intercambio tiene que ver con poder hilvanar y articular esos distintos avallasamientos particulares y comprenderlos en una trama. Esa trama es la discrecionalidad y sentido de las políticas educativas actuales«.
«Los propósitos de la formación inicial y permanente de los docentes están en un momento muy contradictorio, muy controversial, muy polémico y que pone a todo el colectivo docente en una situación de gran confusión. No hay nada peor para la docencia que la desorientación pedagógica. No tener un piso firme sobre el cual uno decir «vamos para allá», «este es el sentido de mi trabajo», «así tengo que enseñar», que nunca es un guión, pero sí que supone un conjunto de orientaciones precisas, un conjunto de valores en un sentido ético, político y pedagógico que van articulados. Cuando estos se rompen, se produce una situación de gran confusión«.
Piovani explicó cómo poco a poco se desmantela la idea de una educación pública cuyo principal garante sea el Estado. Sostuvo que en este escenario de cambio «Todos los niveles están golpeados, para el nivel superior ha habido unas políticas muy duras y las que vienen son aún peores. Lo que se avecina es un proceso muy duro de ajustes para la educación de nivel superior, se viene un conjunto de medidas que van a anunciar próximamente un proceso de acreditación a los institutos. Esto produce terror porque la memoria de las instituciones de educación superior asocian esos procesos a la acreditación de los años 90, que fueron muy terribles. Iniciar un proceso de acreditación es sinónimo de un proceso de ajuste».
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– ¿Cómo es el concepto de acreditación?
-Acreditación es poner sobre las instituciones un conjunto de exigencias, de estándares, y en general, siempre ocurre en procesos de desfinaciamiento y un poco de abandono de las instituciones. El estado se ubica en una posición que es algo así como una especie de agente externo que viene no a crear la condiciones, sino simplemente a evaluar, a medir de acuerdo a determinados estándares. Muchas veces son estándares externos, y sobre esos estándares se fija si una institución los ha cumplido o no. Esos estándares pueden ser desde evaluaciones de estudiantes, condiciones institucionales, condiciones académicas. Cuando se juzga que una institución no ha cumplido esos estándares no puede expedir más títulos con validez nacional y no se le permite la apertura de carreras o muchas veces se procede al cierre de la institución. Entonces es un proceso muy duro, porque lo que ocurre también es que las instituciones no son participes de la construcción de los criterios de acreditación, sino que son colocados desde afuera. Es algo muy temido y además esta asociado siempre a las políticas neoliberales en las que el Estado modifica sustantivamente su rol en términos de «no ser» ya el responsable principal e indelegable de garantizar, construir las condiciones y los derechos, y se convierte en sensor o control externo de calidad. Esa es como la trampa en la que el Estado se corre. Y este corrimiento no es un corrimiento azaroso. Esto no es casual. Esto tiene que ver con una cuestión nodal de las concepciones de este tipo de proyectos económicos porque cuando el Estado ofrece mucho, y de calidad, es un competidor feroz del mercado.
En la carrera docente, para acceder a un cargo uno necesita puntaje y ese puntaje tiene que ver con las formaciones continuas que se van haciendo. El pedido histórico del colectivo docente es que el Estado sea el garante de brindar esas formaciones y que ademas sean buenas. Cuando el Estado lo deja de hacer, pero al mismo tiempo las exige, indirectamente esta abriendo un nicho del negocios al mercado. Entonces abren un montón de eso a lo que nosotros le llamamos «kioscos». Algunos son de calidad, otros no. Y si la politica estatal los reconoce y les da puntaje a eso, es ahí donde se arma un combo perfecto en donde mientras el Estado se retrotrae le genera un campo muy fértil a un conjunto de negocios.
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-Con respecto al Nivel Superior. En capital esta el tema de UNICABA. ¿Usted cree que esa posibilidad y esa toma de decisión del Estado también va a influir en los Institutos terciarios del interior?
-Todos los proyectos sobre la educación superior convergen en un punto. Todos son de ajuste y de achicamiento del sistema, porque hay un diagnóstico que ha hecho el gobierno actual es que esos institutos son muchos, son malos, tienen mala calidad, son demasiados, y por lo tanto necesitan ser modificados profundamente. Sobre la base de ese diagnóstico la ciudad de Buenos Aires eligió un camino, que no es el camino que han elegido todas las provincias. Yo no creo que ese modelo se extienda a todo el país. Algunas jurisdicciones pueden tomarlo. Pero no necesariamente sea el que propicia el Ministerio de Educación de la Nación. Ese modelo, el de la UNICABA efectivamente se va a concretar próximamente, intentando calmar un poco las aguas va a salir un proyecto que en principio no va a dar carreras docentes, pero lamentablemente va a salir. Las otras jurisdicciones ha ido tomando otros caminos, pero tienen un objetivo de ajuste fuerte. Hace un par de días, la provincia de Mendoza sacó una resolución por la cual se establecen unas pocas carreras prioritarias, cinco. En Agosto de cada año se determina, por término de un solo año, en cuáles institutos qué carreras son autorizadas. Si al año siguiente quieren hacer réplica y volver a abrir tienen que pedir autorización de nuevo, y también se establece que aquellas instituciones que funcionen, ya sea como anexo o dependientes a una distancia que no supere los 5 kilómetros son cerradas y fusionadas. Esta resolución me la mandaron de la provincia de Mendoza hace un par de días, en Jujuy a principios de este año también hubo una resolución jurisdiccional que estableció también carreras prioritarias. Esto afectaba a una enorme cantidad de institutos y se cerraron muchas ofertas. Se consideraba saturada esa oferta y por lo tanto se cerraron.
Estamos asistiendo a un proceso que Adriana Puiggrós ha definido como un proceso de «desescolarización». Es como la contracara del proceso que encarnó Sarmiento y todos aquellos que institucionalizaron el sistema educativo en América Latina sobre fines del siglo XIX, principios del siglo XX, que hicieron de la escuela y de la escolarización como columna vertebral de la formación masiva de la modernidad y cada vez ampliando más los niveles de obligatoriedad. Estamos asistiendo a esto del «homeschooling». De todas formas hay experiencias que están empezando a desarrollar estrategias de descolarizacion, es decir menos escuelas. O mejor dicho, un sistema hiper-segmentado: «más escuela para los ricos, y una versión precarizada para los sectores más vulnerables». Hay una suposición de fondo que es que esos sujetos no tienen un destino que vaya a ser para esos niveles educativos. Entonces si no van a desempeñarse en otra cosa ¿para qué hacer ese esfuerzo presupuestario? El que lo quiere hacer lo paga, y el que no que vaya por ese trayecto que es un trayecto precarizado. Si uno ve las asignaturas de las secundarias del futuro lo va viendo. Aparecen en muchas de las ciencias básicas, aparece un conocimiento muy precarizado que uno cree que es exactamente todo lo contrario de lo que necesita un proyecto de desarrollo, y por supuesto un proyecto de derecho donde uno no le pone techo al destino de los sujetos por la clase social en la que pertenece. Todo lo contrario, donde esta la mayor vulneración, la mayor situación de precariedad social es donde hay que poner el mayor esfuerzo y la mayor expectativa pedagógica, el mayor trabajo hay que hacerlo en donde más se necesita. Esa lógica no es la que acompaña al proyecto actual, y lo que esta pasando ahora es que el estupor del colectivo docente tiene que ver con que el colectivo docente confió mucho en este proyecto político. Creyó mucho en ciertas promesas y en algunas expectativas que se forjaron alrededor del campo educativo, y entonces lo que se ve hoy es que cada decisión que se va tomando, lejos de abonar, va como develando el verdadero proyecto educativo. Hubo una malversación discursiva, se propuso una cosa, y se hizo otra. Entonces en este entrampamiento discursivo, decir una cosa y hacer otra, e insistirte que no, que esta bien, y sino echarle la culpa al otro por ejemplo diciendo «es que los docentes piden muchas licencias»… Resolvamos ese problema, pero eso no tiene nada que ver con los comedores, con la infraestructura, con el bachillerato de adultos, con el equipo de orientación escolar, con lo que se pretende ahora que los docentes sean monotributistas, con ir contra el estatuto, contra las garantías. Es como cuando uno dice «esto funcionaba mal, en vez de arreglarlo lo cerramos». Entonces la idea de demostrar que funcionaba mal no era arreglarlo, sino solucionarlo por intermedio del ajuste. Y cuando se cae la venda de eso, se produce una situación entre de desconcierto, a veces de negación, y en algún momento es con lo que esta pasando. Y en ese momento tan peculiar es estamos transitando ahora.
-En cuanto al ámbito universitario, esta semana después de movilizaciones de paros de personal de universidades provinciales y nacionales, ha habido poca información en los principales medios hegemónicos de comunicación respecto al porqué del alerta de las Universidades. ¿Cual dirías vos que es puntualmente ese alerta de las Universidades? ¿Cómo viste el estructuramiento justamente de la relación de los medios y la educación en este nuevo periodo?
-Un capítulo aparte es la pedagogía de los medios. Con el tema universitario también es una situación bastante particular, porque siendo que estamos transitando el centenario de la reforma universitaria, en un momento en que uno quería que las universidades, con su historia, con su tradición, con lo que representa el acceso al nivel superior en la conciencia colectiva, en la conciencia de los argentinos. Si hay una representación sentida y profunda de la sociedad es la confianza, la valoración, el respeto por las universidades, y el deseo además de que algún miembro de su familia acceda a nivel universitario, porque es un resorte no solo de movilidad social ascendente, sino que abre campos de disfrute de la vida el conocimiento, que uno sabe que es así. Es disfrutar del arte, disfrutar de la cultura, disfrutar de la música, del debate, de la argumentación, del conocimiento científico. Hay mucha valoración. Entonces la lucha por la universidad, por la gratuidad y el ingreso irrestricto en la universidad son conquistas históricas. La gratuidad desde el decreto de Perón es algo abrigado en el pueblo. Entonces ¿qué es lo que se esta viendo? Es un proyecto en los que ha manifestado muchas veces. Hay frases sueltas, porque nunca hay una explicitación que diga «nosotros pensamos esto de las universidades». No los vas a encontrar por ningún lado. Lo que vas a encontrar son fragmentos deshilachados que te permiten unir un ideario. «¿Qué es esto de tantas universidades nacionales? si los pobres igual no llegan…. el que quiere estudiar que se lo pague». Entonces uno ve por detrás de esto viene una avanzada hacia el arancelamiento, una disminución fragante de las becas, la disminución del presupuesto universitario, se ve el ataque al CONICET, ve el ataque a la ciencia, el ataque sobre el ARSAT, entonces uno va viendo el panorama ese. Las universidades por supuesto que están en estado de alerta por esto, y ademas una situación coyuntural específica que tiene que ver con que desde el año pasado no hay un ajuste salarial, se ofrece un 15%, cuando la inflación proyecta el 40% para este año y se habla de más. Entonces en ese contexto, ayer hubo un abrazo multitudinario, en todos los lugares del país donde hay universidades. En el caso de La Plata fue doblemente conmovedor porque fueron juntos los trabajadores de astilleros que habían sido brutalmente reprimidos, cosa que los medios los tergiversaron totalmente, y esto lo digo porque uno tiene amigos. En mi caso mi hija que salía de una actividad en el centro quedó atrapada en el medio de la represión. Me llamó por teléfono, yo estaba en una entrevista y escuchaba los tiros no lo podía creer. Estaba azorada, además de asustadísima y vió cómo todo eso había sido montado. La gente de astilleros venía de Ensenada. Frenó frente al rectorado para aplaudir y darle su tributo porque allí se estaban velando los restos de Chicha Mariani, y en ese momento comienzan los camiones hidrantes y una cantidad de policías de civil infiltrados, una cosa realmente espantosa. Entonces ese abrazo al día siguiente fue especialmente conmovedor porque reunió a la gente de astilleros que fue el doble de los que fueron el día anterior, los trabajadores estatales y la universidad. Así que fue de una magnitud impresionante, y de un clima emocional muy fuerte. Se está viviendo un momento de mucha tensión. Las universidades hicieron 3 semanas de paro, no salio en ningún lado, y fue tremendo. Paradójicamente yo soy Licenciada en Comunicación, y vemos con preocupación esta cuestión de los medios que no nos sorprende para nada, porque la hemos estudiado, así que conocemos perfectamente cómo funciona, solo que llegado a un nivel de homogeneidad ideológica y de contundencia política en la acción que llevan adelante de tanta penetración en la conciencia, a uno lo asusta, porque el no tener una comunicación plural orada los cimientos de un régimen democrático y es preocupante. A Mi por lo menos me preocupa bastante.