La filtración a los medios de comunicación de la intención de María Eugenia Vidal de ir con listas colectoras no sólo con Cambiemos sino también con los potenciales candidatos de Alternativa Federal generó fuertes discusiones y pases de facturas hacia el interior del gobierno.
Tras la negativa de Sergio Massa, que afirmó que no tiene programada ninguna reunión con la gobernadora de Buenos Aires, y que mejor «se dedique a gobernar», los cruces entre el núcleo de Vidal y la Casa Rosada, sobretodo, el jefe de Gabinete, Marcos Peña aumentaron.
Peña contó ante los medios que «si hay más candidatos a presidente que quieren apoyar a nuestra candidata a gobernadora y con eso se consolida la decisión de no volver al kirchnerismo en la Provincia no me parece un atajo ni una discusión que altere la previsibilidad«. De esa manera, el funcionario reveló lo que se tejía desde las sombras en la Provincia.
Desde el entorno de la Gobernadora, sin embargo, no creen que lo de Peña haya sido un guiño o un apoyo, sino todo lo contrario: aseguran que lo difundió para que el plan se pinche. De más está aclarar que la decisión debilitaría la imagen de Mauricio Macri.
Según consigna el diario Página/12, un funcionario bonaerense expresó que «Lo veníamos negociando por lo bajo con el massismo, que se había mostrado interesado. Marcos lo tiró en público para quemarlo«. Desde la Rosada negaron esa versión y afirman que la filtración salió desde el propio riñón del gobierno provincial.
Cabe recordar que hace poco más de un mes, el propio Gobierno, mediante un decreto, prohibió las listas colectoras. Ahora, Macri debería derogar ese decreto con otro decreto, lo cual también sería un síntoma de debilidad, o como afirman incluso por lo bajo desde el propio Gobierno quienes no están a favor, «podría verse como un acto de desesperación». Por otro lado, el gobierno también espera una resolución judicial, que pueda frenar el decreto del Presidente.
Los tires y aflojes entre el sector de Vidal y el sector de Macri fueron constantes en este último año, sobretodo desde la posibilidad y el apoyo que la gobernadora tenía para ser candidata a presidenta. Sin embargo, esa posibilidad fue descartada rápidamente desde la Casa Rosada, que mantuvo firme la intención de que el actual máximo mandatario intente la reelección.