Como todos los años, la inscripción a las escuelas de Chacabuco son un dolor de cabeza para los padres. Colas, listas de espera y elegir la escuela son uno de los tantos inconvenientes que complican la vida de las familias.

No es algo que suceda en todas las escuelas. Algunas, como la Escuela 49, conocida como «Normal» parecen recibir más solicitudes de inscripción que otras pues se considera que en ellas se brinda una educación de mayor calidad, ya que el común de la gente asocia mayor exigencia escolar con una mejor educación.

Pero en esta escuela parece que esto ha llevado a los padres a una demencial cacería para conseguir una vacante para sus hijos.

¿El problema? El mismo de otros años: un grupo de padres se queja que otros tienen el domicilio legal (el que figura en el DNI) en un lado, y su domicilio real (donde viven) no coincide.

Y como las escuelas establecen su matrícula privilegiando el acceso a quienes viven en el radio más próximo, otros, a quienes no les corresponde inscribir sus hijos en esa escuela, están a la espera que se produzcan vacantes para inscribirse allí.

Quienes dialogaron con La Posta explicaron lo sucedido, versión que fue confirmada por responsables educativos como «verosímil». Todos prefirieron reservar su identidad ya que  la cosa ha llegado a mayores y podría judicializarse el tema.

En la versión que recogió este medio algunos padres que esperan vacantes parecen dispuestos a hacer lo que fuera para que sus hijos ingresen a una escuela. Y han comenzado una especie de campaña de escrache, que terminó en una denuncia por violar la privacidad de los niños.

Sucedió que a través de WhatsApp y otras redes, los padres a la espera de vacantes comenzaron a escrachar a aquellos que han conseguido una vacante por su domicilio cercano a la escuela.

Pero la situación parece que se salió de cauce: de alguna forma, estos padres lograron hacerse de una información confidencial y privada como son los listados internos de la escuela con los nombres, apellidos, DNI, domicilios y quién sabe qué otra información de los niños.

Denuncian que los padres que lograron ingresar a sus hijos no viven realmente en esos domicilios declarados y se dedicaron a denunciar en Jefatura Distrital a cada familia repetidas veces, o escracharlos a través de las redes sociales.

Lo que explican los padres afectados por esta campaña es que su domicilio no es estable porque se mudan, otros porque allí viven los abuelos de los niños y se encargan de llevarlos y/o retirarlos de la escuela, o que tienen el domicilio en su lugar de trabajo. Ninguna de estas cosas es ilegal, pero muchos de ello ya desistieron ante un grupo de padres que se muestran violentos.

Es por ello que algunos de los afectados han radicado una denuncia ante las autoridades por violación de la privacidad, ya que para el escrache se utilizó información que fue extraída ilegalmente de las cuentas oficiales de las escuelas en la Dirección General de Escuelas provincial. Un hecho, que de ser cierto, tiene altas penas de castigo.