El Gobierno elevó el piso y bajó el techo para poder acceder al cobro de las asignaciones familiares. También eliminó los beneficios zonales que alcanzaban a más de 100 mil chicos de provincias de la Patagonia y algunas zonas del Norte.

En medio del ajuste fiscal desde el Ejecutivo aseguran que la medida publicada en el Boletín Oficial a través del Decreto 702, no busca un ahorro sino evitar la evasión. «Apuntamos ordenar las asignaciones y actualizar los pisos» a partir de los que se perciben, expresó el director de Anses, Emilio Basavilbaso.

Las asignaciones familiares representan el 6.35% del gasto corriente del Estado según el Presupuesto 2018.

Con el decreto, hay un nuevo piso de ingresos para recibir una asignación familiar, se pasó de un mínimo de $200 a $2.816 para empezar a percibir la asignación familiar. «Encontramos que muchos empleadores registraban a los trabajadores por un ingreso menor al real, para evadir aportes patronales», explicó el titular de Trabajo, Jorge Triaca.

La medida se presenta como un intento de mejorar la formalización de trabajadores y evitar «las avivadas». Para esto, cruzarán datos de Anses y AFIP y prometen contactar a las empresas donde se detectan irregularidades.

Del otro lado, se bajó el techo para recibir asignaciones familiares, que estaba por arriba del mínimo no imponible de Ganancias. Esto generaba casos donde se obtenían los dos beneficios: la asignación y el descuento sobre el impuesto a las ganancias. El máximo por grupo familiar para recibir la asignación bajó de $94.786 a $83.917, o un ingreso individual de $41.900.