En los días pasados este medio consultó a las máximas autoridades educativas acerca de si pueden o no cobrarse obligatoriamente las cuotas de la cooperadora el mismo día de matriculación de alumnos en las escuelas.
La respuesta que brindó María del Valle Aiola fue que no existe ningún pago por matriculación y que la cooperadora es opcional.
Según le narraron diversos padres a este medio, el mecanismo se realizó igual. La matriculación se les cobró, y el dinero de la cooperadora también sin aclarar que no era obligatorio. Cuando alguno reclamó por la información confusa, le pidieron disculpas y se retractaron. Como dice el dicho, «si pasa, pasa».
Pero en las reuniones a las que asistieron antes o después de eso, ya sea en jardines, escuelas primarias o secundarias los directivos les explicaron a padres y docentes las razones por las que se cobra y les pidieron a los docentes que hablen a los alumnos sobre la importancia de pagar la cuota mensualmente.
Entre las explicaciones los directivos dijeron en todas las escuelas lo mismo: que el Consejo Escolar sólo entrega para la limpieza de toda la escuela un bidón de 5 litros de cloro y algunos rollos de papel higiénico o un trapo de piso ¡por mes!
Esto fue confirmado desde el propio Estado municipal a La Posta. «Hay serias carencias«, dijo la persona consultada y que no pudo evadir la realidad de la situación.
¿Protocolo en las escuelas?
Desde hace unos días el Ministerio de Educación de la Nación difundió información sobre cómo proceder para prevenir contagios posibles de Coronavirus en las escuelas, ya que en Argentina se confirmaron hasta el momento 17 casos y un fallecimiento.
Entre las medidas que se dispusieron para las instituciones educativas se impuso la licencia por 15 días para quienes estuvieron en algunos países del exterior y extremar las medidas de higiene, de las cuales la principal es el correcto lavado de manos y eventual uso de gel sanitizante.
Conociendo las realidades de las instituciones educativas de Chacabuco si no alcanzan los productos para limpiar una escuela, pensar en contar con los elementos necesarios para que todos los niños, adolescentes y jóvenes se laven y sequen las manos con el objetivo de prevenir la transmisión de un eventual Coronavirus es casi una utopía.
Desde hace años ninguna escuela tiene jabón (sólido ni líquido) porque «se lo roban», «lo tiran» y otros argumentos que hacen olvidar que la higiene es también materia educativa cuyo valor viene a descubrirse en momentos como éste.
A la vez, esta información da perspectiva de la degradación que vive el sistema de educación pública y gratuita más allá de sus aspectos edilicios, situación que hace que se tenga que escribir este artículo, en medio de una epidemia internacional, para contar en qué lugar estamos parados y qué posibilidades reales hay de hacer realidad las recomendaciones médicas.