El gobierno nacional acelera el proceso de privatización de activos energéticos que puso en marcha en noviembre del año pasado.

A través de una resolución, el Ministerio de Energía ordenó avanzar en la fusión de Energía Argentina SA (Enarsa) y Emprendimientos Energéticos Binacionales SA (Ebisa), las dos empresas estatales del sector energético, y en la enajenación de las centrales térmicas Ensenada de Barragán y Brigadier López, esta última ubicada en Sauce Viejo, Santa Fe. También en la venta de acciones estatales en la compañía controlante de Transener.

Enarsa participa en la comercialización de energía y combustible, mientras que Ebisa vende la electricidad generada por las represas binacionales. En noviembre, a través del decreto 882, el gobierno ordenó fusionar ambas firmas.

También dispuso vender las participaciones estatales en el negocio energético, entre ellas, las centrales térmicas que se construyeron en la provincia durante el kirchnerismo, como las de Timbúes (General San Martín y Vuelta de Obligado) y la de Sauce Viejo (Brigadier López). También ordenó desprenderse de las acciones del Estado en Transener, que opera las redes de alta tensión.

A través de la resolución 11-E, la cartera que conduce Juan José Aranguren puso en marcha este proceso. Instruyó a Enarsa a realizar todos los actos necesarios para enajenar, vía venta, cesión u otro mecanismo de transferencia, los bienes, activos y derechos correspondientes a las centrales Ensenada de Barragán y Brigadier López, como también para transferir el personal y todos los contratos en ejecución.

El jefe del bloque de diputados nacionales del FPV-PJ, Agustín Rossi, criticó la decisión porque «rifa los recursos energéticos de todos los argentinos», a través de una disposición que «vuelve a tomarse a espaldas del Congreso».

En el caso de Transener, Aranguren avanza con la venta de la participación estatal, pese a la oposición del radicalismo, Ricardo Alfonsín comparó la privatización de las acciones de Transener con las del menemismo.

«La respuesta se parece mucho a la que nos daban en la década del 90 cuando privatizaban YPF, Gas del Estado o los ferrocarriles. También entonces decían que eso era lo mejor para el país», declaró Alfonsín.