En la entrevista que Horacio Calarco, secretario general de ATE Chacabuco brindó a La Posta, además de explicar los motivos que los llevó a no participar de la primera reunión de la Comisión de Relaciones Laborales convocada por el Municipio, también se refirió a las cargas económicas del municipio.
Según se dice siempre, en Chacabuco hay empleados demás, ingresados indecorosamente por las gestiones. Para contraponer esta visión que deposita en los trabajadores municipales una imagen negativa, y que los identifica con el problema económico, Calarco propuso pensar en la cantidad de funcionarios que ingresa cada administración.
Las declaraciones de Calarco fueron a raíz de la consulta sobre las problemáticas que atraviesan los trabajadores municipales, y sobre los recientes dichos de Angel olivetto, secretario de Finanzas del Sindicato de Municicpales adherido a la Federación, quien dijo que los municipales no llegan con su salario ni al 10 de cada mes.
«Algunos pueden no llegar al 10 de cada mes, otros al 15, otros al 20 y otros al 2. Decir que no llegan al diez es no decir nada, es una obviedad. Y yo de obviedades por ahí hablo, pero no de este tipo de cosas», opinó Calarco.
Respecto de la problemática de los trabajadores municipales señaló que «hay un problema muy grave de conceptos, que tiene que ver con la cultura. Cuando hace unos días hablaba con los compañeros. Hay una cuestión cultural en nuestra ciudad y en nuestro país que no deja de ser un problema. Que son las jefaturas y los cargos de jefe que toman todos los patrones de las municipalidades. Porque cuando un intendente se va deja 180 o 200 adentro y el que viene toma 180 o 200 para poder darle forma al esquema de gestión que tienen que llevar adelante».
Y criticó fuertemente a la clase política: «Hablan de gestionar, ahora resulta que esas gestiones les salen muy caras a los ciudadanos del distrito. Sacando una cuenta, por arriba, en 4 años o en 8 años, si acá hay 2000 familias de trabajadores municipales, entre dos intendentes o un intendente con dos gestiones, más o menos transitan 2000 funcionarios. ¿El problema es el trabajador estatal o el problema son los funcionarios? Hay funcionarios excelentes que tienen criterio, que tienen conocimiento, pero la mayoría no tiene ningún conocimiento de nada y tampoco ningún compromiso de lo que es el Estado. ‘Se los está capacitando’, dicen. Sí, lo que se debería hacer es capacitar a los trabajadores en la gestión que tienen que llevar adelante como trabajadores».
Y sobre los salarios que cobran los funcionarios, Calarco declaró: «les pagan muy bien, y mucho mejor, porque hace 2 años que están, o 6 meses, y ganan 5, 6 ó 7 veces más que cualquier trabajador estatal municipal. No tienen 30 años, ni 25 o 35 años de antigüedad. No, no. No hay jefes de carrera, no hay una carrera administrativa que haga que un trabajador se pueda capacitar y pueda hacer la carrera administrativa para llegar a jefe. Son muy raros los casos, en la mayoría de las situaciones no se logra y vienen de afuera. Inclusive como están haciendo ahora, militarizando o poniendo jefes policiales jubilados, que cobran jubilación y/o no sé qué más. Porque para cobrar un cargo si sos jubilado tengo entendido que tenés que renunciar a la jubilación. No me interesa, pero hay que poner en evidencia un montón de cuestiones acá».
«Los trabajadores padecen a los jefes»
¿Qué padecen los trabajadores? Clarco contestó planteando el problema de la relación con los jefes que durante la gestión de Aiola ha sido compleja. «Padecen a los jefes, porque se padece a un jefe. Es una película de todos los días, porque hay presiones para que no se organicen en un gremio como es ATE. Un gremio que lucha y quiere luchar de cara al futuro y de cara a la felicidad del trabajador. Quiere ayudar a ganar derechos y a no perderlos. El trabajador tiene que trabajar, pro supuesto, pero del otro lado el gobierno, también tienen que cumplir».
Y detalló que una gran problemática es cómo la Municipalidad lleva adelante diferentes medidas contra los trabajadores municipales. Según contó, es recurrente el reclamo cuando un trabajador falta sin justificar la causa, desde el municipio les juntan una serie de faltas y lo suspenden. «Y el cese podría implicar que no vuelva a trabajar, y no hay derecho a reclamo. Construir ese ceses es un problema. Los trabajadores no tienen conciencia de eso. Estamos permanentemente en la junta de Disciplina, tratamos de asesorar a los trabajadores en la problemática que tienen con los jefes que son los que le pasan una falta que a lo mejor no fue su culpa», sostuvo.
Y puso el ejemplo de lo acaecido en un área en particular, cuando un jefe hizo un arreglo informal con un empleado: «le dijo ‘esta noche no vengas, tengo otro. Quedate en tu casa porque llovió y vivís lejos’ y después le pasó la falta. Esa falta junto con otra falta, que promovió el propio jefe, después la pasan a Asesoría Letrada, y le mandan una cédula de comunicación al trabajador. Y a veces no le llega porque los trabajadores no todos informan su cambio de domicilio, y es obligatorio informarlo. Y el trabajador no lo hace porque no toma conciencia. Y si le llega una comunicación y no se entera automáticamente le llega la suspensión. El trabajador piensa que si lo suspenden cinco días te descuentan 5 días, pero no es que te descuentan, te juntan 5 días y por ley, te juntan 5 más y así, hasta que aplican algún artículo de la ley 1456, sección tercera y te dan el cese. Estamos frente a una problemática«.
Otras problemáticas que también enumeró Calarco son las condiciones de seguridad e higiene, desde la ropa hasta el tratamiento de los residuos hospitalarios. «¡Qué hablar de la morgue, de los residuos patogénicos! Hay un montón de cosas que deberían darle vergüenza a la clase política, pero tapan y el problema es el trabajador del Estado. Esto no es así, la problemática es muy compleja, y si los trabajadores no nos hacemos cargo no va a salir de otro lado, no va a salir de otro lado la defensa de derechos o la creación de otros nuevos».
«El gobierno libra una batalla contra la clase trabajadora»
Consultado sobre el panorama político en un año electoral, y con respecto a Ate, si participarán en algún frente político, Calarco respondió que la CTA en la que milita es la «autónoma» por lo que toma su nombre de la relación con los partidos políticos.
En lo personal, dijo «no me representa ningún candidato político, sí tengo ideología. Mi ideología está partida en dos, una en el corazón y otra en la cabeza. Si me preguntás por este gobierno estoy, en las antípodas de la práctica política, de la práctica administrativa y de lo que hace. No me simpatiza, no me siento afín, pero respeto la investidura de quienes fueron electos por los ciudadanos democráticamente, y que hoy tienen la obligación y el deber de conducir los destinos de nuestros país, de la provincia y de Chacabuco».
Pero sostuvo que «nos están llevando es para cualquier lado, menos para donde creemos nosotros que debemos a ir». Y descreyó de las intenciones del gobierno: «Yo no creo que este gobierno retome la direccionalidad con relación a la clase trabajadora, mas bien creo que están librando una batalla contra la clase trabajadora. Tristemente, en contra de la clase que ya trabajó, los jubilados, y también libran una batalla en contra de los trabajadores que tienen trabajo, y los que no tienen trabajo son los desocupados. Creo que es un gobierno que aborrece a la clase trabajadora, que es indiferente a la clase trabajadora. No es que lo están haciendo en contra, por ahí, pero sí creo que son indiferentes a las necesidades de esa clase. Eso le está costando mucho a los trabajadores, porque son los que llevan adelante el país».
Por último Calarco realizó una consideración sobre el rol de las fuerzas policiales y militares en el actual gobierno y su relación con el rumbo económico y político: «Es un gobierno que ha desarrollado un potencial enorme en lo que hace a la seguridad, la militarización, un desarrollo de las fuerzas de represión. A mi juicio, inentendible, pero ellos sabrán porqué lo están haciendo. Tenemos una gobernadora que a poco de andar se refugió en una base militar. ¿Por qué lo hizo y todavía vive ahí? Es muy extraño. Para mí no era extraño cuando lo hizo, porque vienen a hacer lo que tienen que hacer. Si lo que están haciendo es lo que tienen que hacer, vaya la que nos espera».