La final de la Libertadores terminó quedando finalmente en las manos de River Plate que ahora incorpora su cuarto título en el certámen.

El partido se disputó en el Camp Nou, el estadio del Barcelona, que albergó tanto a hinchas de Boca como de River, luego de la controversial suspensión y posterior reprogramación y relocalización del encuentro.

Durante el primer tiempo, Boca no logró sacar una gran diferencia, pero a poco de finalizar el primer tiempo logró sacarle ventaja a River por un tanto contra cero con un gol de Benedetto, que liquidó al arquero tras una importante maniobra de precisión.

Pero al retorno del descanso, las cosas comenzaron a cambiar para Boca, quien no logró sostener la parcialidad y de los pies de Prato apreció la igualdad para los de River, tras una jugada magistral, digna de verla una y otra vez.

Desde allí Boca atacó y buscó el resultado, con más chances pero con igual suerte que River. Concluidos los ’90 ya había olor a penales, algo que todos pensaban hasta que a los 3′ del segundo alargue, Quinteros con una veloz jugada dejó impávida a la cansada defensa del xeneixe y así anotar la diferencia mínima pero suficiente para descolocar a un Boca exhausto.

Boca comenzó a presionar para recuperar un empate que lo lleve a los penales, pero la chance se hundió cuando Gago debió salir del campo de juego por una lesión y Boca se quedó sin cambios por realizar.

Con un hombre menos, hizo lo que pudo, hasta que luego de la salida del arquero de Boca para cabecear en el área contraria se quedó retrasado, un taco en la salida de River dejó a Gonzalo Martínez solo frente al arco, sin portero para asegurar el tercer gol y sellando el resultado definitvo que le valió a River su cuarta Copa Libertadores.

Ahora los jugadores tendrán un largo regreso a la Argentina, donde se espera que sean recibidos por los hinchas para realizar con ellos el correspondiente festejo, de una Copa Libertadores manchada, a esta altura, por los negocios y las mentiras de los dirigentes del fútbol.