José Luis Gioja le propuso a Daniel Scioli ser su segundo en la lista, en el cargo de vicepresidente primero.
La oferta entra en colisión con el deseo del kirchnerismo puro, que promueve al ex candidato presidencial del Frente para la Victoria como jefe para la nueva etapa.
Sobre todo, por el recelo que les genera la figura del sanjuanino, al que consideran ambivalente y soft en su rol de opositor.
El viernes próximo vence el plazo para la presentación de nóminas y las elecciones para renovar autoridades están citadas para el 8 de mayo. Nadie quiere ir al desgaste de una interna salvaje, por eso la pulseada se concentra en lograr los mejores términos de un acuerdo.
Gioja le llevó el mensaje a Scioli el martes, en las oficinas de la Fundación DAR.
Fue acompañado del gobernador formoseño Gildo Insfrán. También participó de las conversaciones el actual titular del sello, Eduardo Fellner.
La respuesta del ex candidato presidencial tuvo ciertos matices. Estableció que aceptará siempre y cuando estén todos de acuerdo. Desde el PJ, aseguran que se comprometió sin más, aunque toman con pinzas sus palabras.
Lo curioso es que Scioli ya se había mostrado dispuesto a ser la prenda de unidad impulsado desde el kirchnerismo.
En síntesis, les dijo a los dos bandos que sí.
El dilema es que el cristinismo insiste en no encolumnarse detrás de Gioja. Lo ven como promotor en las sombras de la ruptura del bloque de diputados que tuvo como rostro visible a Diego Bossio.
Al efecto, le quedan dos caminos: presentar una lista propia, quizá con el nombre de Jorge Capitanich, o directamente apartarse y proclamar que esa conducción no los representa.
El PJ tradicional prepara un gran almuerzo para la semana que viene. Están convocados gobernadores e intendentes.
Puertas adentro, saben que si no arman una lista de consenso hay altas chances de que la Justicia disponga la intervención del partido. Si bien hay varios planteos por diversas irregularidades, la decisión de actuar tendría un sesgo más político: poner orden para evitar una interna costosa y feroz, y, de paso, influir en el futuro del PJ.