El presidente Mauricio Macri le dará una segunda oportunidad al Congreso para que apruebe la reforma impositiva el próximo lunes. Pero en caso de que nuevamente fracase, pondrá fin al debate con la firma de un decreto de necesidad y urgencia (DNU), que ya tiene listo en su escritorio con la rúbrica de sus ministros.
El plan que ya puso en marcha el Gobierno para avanzar con la aprobación de la reforma, que ya tiene media sanción de la Cámara de Senadores, tiene como principales socios a los gobernadores a los que les pedirán un respaldo público para la propuesta. Hoy, cerca de las 13, en la Casa Rosada, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio , se reunirán con varios gobernadores para ajustar los detalles.
«Estamos dispuestos a discutir, pero es una ley que tiene media sanción del Senado y tiene despacho de comisión. Tenemos que juntarnos, resolver este tema y avanzar», dijo Frigerio, quien el diálogo con Mitre contó que el oficialismo ayer tenía el número de legisladores necesarios para la aprobación de la ley.
Frigerio además sostuvo que «el apoyo de los gobernadores está claro en la firma del acuerdo fiscal» y adelantó que eso se ratificará en los próximos días. «Estamos seguros de que contamos con los votos para sacar esta ley, lo que pedimos es que nos dejen discutir este tema de cara a la sociedad», dijo el funcionario.
En el decreto de necesidad y urgencia que se redactó ayer en la Rosada para sortear al Congreso se incluyó, además de la nueva fórmula de cálculo del aumento de las jubilaciones, un bono para compensar lo que en marzo perderían los jubilados por la aplicación de la nueva fórmula.
El presidente del bloque macrista en la Cámara baja, Nicolás Massot, lo expresó sin disimulo: «El decreto de necesidad y urgencia está firmado por todos los ministros, sólo falta la rúbrica del Presidente, pero se ha tomado la decisión de agotar el camino del diálogo y darle una oportunidad a una segunda instancia legislativa».