Luego de que los barrenderos que trabajan en negro en la Municipalidad plantearan su situación económica y laboral en el Concejo Deliberante, hoy la Municipalidad de Chacabuco, por orden del Intendente municipal decidió despedirlos, castigándolos por haber hecho público el reclamo.
Según explicaron en la sesión del miércoles Héctor Centurión y Juan Sosa, donde hicieron uso de la banca abierta para exponer su situación, trabajan en forma irregular cobrando $2300 desde hace 3 años, cuando asumió Aiola.
«Quiero que todos sepan el Intendente que tenemos, que no tiene corazón», señaló en su intervención Centurión. «Yo soy el barrendero que gana 2300 pesos. Que la gente en la calle pasa y nos grita ‘ahora saben lo que es trabajar’, y no sabe nuestra situación”, continuó. El trabajador aseguró que «cobramos esa plata y encima hasta tenemos descuentos, hemos llegado a cobrar 1500 pesos».
En la mañana de hoy, informaron Sosa y Centurión, no se les permitió el ingreso a su trabajo, según les explicaron, por órdenes de Mario Ferraresi (que se encuentra en la ciudad de Saladillo), aunque en verdad sólo puede tratarse de una orden del intendente Víctor Aiola.
Parece que Aiola no quiere críticas en un año electoral, y mucho menos que los ciudadanos expongan el horrible trato que les prodigan los funcionarios a vecinos humildes que entusiasmados por conseguir un trabajo en blanco aceptaron trabajar en negro y fuera de reglamento durante tres años.
En total eran 7 barrenderos en esta condición, y al parecer, todos habrían sido despedidos y pasarán a engrosar el ejército de despedidos, desocupados, pobres e indigentes que día a día inventa Cambiemos.
Otra vez el juego electoral, el egoísmo con el que procede el gobierno de turno, golpea a vecinos de Chacabuco, humildes, trabajadores que sólo protestaron por lo que les correspondía, con justa razón.
