El pasado 13 y 14 de octubre, en la ciudad de Pilar se desarrollaron los 7º Juegos Sudamericanos de Taekwondo. Participaron más de 500 competidores de toda Sudamérica.

Las actividades se desarrollaron en el Microestadio Municipal «Ricardo Rusticucci» ubicado en la calle Fitz Roy y Mercedes en Pilar. El evento, que fue declarado de interés municipal, tuvo como campeón sudamericano al chacabuquense Juan Manuel Tabáres.

Además del deporte Tabarés se destaca por su actividad artística como actor en teatro, películas y novelas televisivas . En esa profesión ha interpretado varios personajes, uno de los más celebres es su participación en Padre Jorge (2015) como el Papa Francisco durante la adolescencia.

La Posta dialogó con el campeón, quien contó como se inició en el deporte y evaluó su triunfo en los juegos realizados en Pilar.

-Primero, felicitarte por el logro y pedirte que nos reseñes un poco tu trayectoria en el taekwondo y cómo llegaste a este VIIº Sudamericano de ITF organizado en Pilar

-Al taekwondo llego de forma medio azarosa porque me mudé hace unos años a una cuadra de la academia donde entreno. A los 9/10 años cuando vivía en Chacabuco empecé a practicar Kung Fu. De las muchas actividades en las que me fui metiendo como buen pibito inquieto que era, fue una de las que más me gustó. De todas formas nunca pasó a mayores porque mis papás no estaban a gusto con la idea que peleara en competencias. Hasta los 13 o 14 años fui ahí. A los 20 ya viviendo en capital me ofrecen hacer un instructorado en fitness de combate para dar clases en un gimnasio que entrenaba. Durante 5 años usaba eso como excusa para mantenerme entrenado. Y el volver a estar en contacto con tanta técnica de artes marciales despertó las ganas de volver de manera un poco más formal a la formación de algún deporte del estilo. Dejé esas clases cuando empecé a trabajar en Fuerza Bruta, popular compañía de teatro físico que me permitía desplegar actuación y trabajo corporal fuerte en simultáneo. Pasaba siempre por las puertas de este lugar donde entrenaban kick boxing y taekwondo ITF (para los que no conocen, existen 2 tipos de Taekwondo, uno que se llama wtf y sólo se combate usando las piernas, que es conocido por verse en los juegos Olímpicos, y el Taekwondo ITF que se usan golpes de puño también y se asemeja más al kick boxing), y un día entré y arranqué.
Al poco tiempo me termino enterando que la Academia Hakkyo era de las más importantes a nivel competitivo de la Argentina y el instructor era Federico Fígari, entrenador de la Selección Argentina y campeón del mundo en Bielorrusia 2018. Con el correr de las clases Figari viendo que tenía condiciones y ciertas facilidades con la técnica me pregunta si me interesaba competir. Lo primero que dije fue no, por temor a romperme y tener complicaciones con mi carrera actoral y además porque me sentía ya grande de edad para comenzar de cero con ese camino. Quedó resonando la idea y terminé cediendo y sumándome a clases de competencia diarias en las que entrenaba junto a pibes de la Selección y competidores de mundiales que venían de toda la Argentina. Me costó, y me sigue costando, poder estar a la altura. Es un grupo fuerte que constantemente eleva la vara y uno no puede aflojar y yo que había arrancado un poco por hobbie y otro poco para hacer una actividad que me fortaleciera en cuestiones de disciplina y me desconectara de la vorágine de la carrera actoral un rato, me encontraba de repente metido de lleno en la actividad y pensando en objetivos concretos.

-¿En qué categoría o modalidad participaste?

-Para acceder a ciertos torneos tuve que rendir los cinturones necesarios y acelerando el proceso estaba listo para debutar en mi primer torneo nacional en Rosario pero me comunicaron que empezaba a trabajar como actor en la novela «Las Estrellas», de Polka, en Canal 13, y tuve que bajarme de la competición porque no podía exponerme. Así que se postergó y tras pelear en algunos torneos menores llegó mi primer torneo internacional el año pasado, un Panamericano en Santiago en donde salí subcampeón perdiendo en la final contra Colombia. Empecé a tomarle gustito y decidí que este año iba a entrenar más así que durante el verano aprovechando que hacía temporada teatral en calle Corrientes y me quedaba en capital me sumé a una pretemporada desde principios de enero y ya en febrero retomamos con una hora de kick boxing para fortalecer la parte física. Y una de taekwondo para la técnica, de lunes a viernes y a veces los sábados también. De esta forma entre lo que me iba permitiendo los horarios de grabaciones y teatro fui metiéndole para llegar más seguro al nacional que se hizo en julio. Logré salir campeón y pensar como próximo objetivo el sudamericano aprovechando que se hacía en la Argentina este mes. Así fue que apretando estos últimos meses, sobre todo por cuestiones de peso, para entrar en la categoría de hasta 64 kilos, llegué creo bastante entonado a los juegos sudamericanos y se dieron los resultados. Medalla de oro en lucha y plata en formas individual.

-¿Cómo lo viviste personalmente y qué importancia le atribuís?

-En lo personal me genera satisfacción el cumplir objetivos, el ver buenos resultados ante los esfuerzos y el estar tranquilo porque como desde el principio, con otro grado de compromiso, pero sigo viéndolo como algo que hago por hobbie porque mi profesión es otra y mi prioridad está enfocada siempre en lo artístico que es lo que me trajo hoy a donde estoy. Ahora toca celebrar esto un rato, estos últimos meses fueron realmente intensos, con días en los que llegaba a grabar de 8 a 18 horas, volver y entrenar y meter jornadas nocturnas hasta las 2 am de ensayos con fuerza bruta para la apertura de los juegos Olímpicos de la juventud que se hicieron en el obelisco, y todo esto mientras estaba a dieta estricta para bajar de peso para las peleas, lo que me cuesta realmente mucho, y me reduce mucho la energía. En cuanto a taekwondo lo competitivo fuerte sigue el año que viene recién así que hay tiempo para mejorar y ver qué pasa. Los próximos objetivos son los juegos Panamericanos del año que viene en Orlando, Estados Unidos, y otro torneo muy fuerte en Grecia a finales de año.